Educación

Cómo mejorar la comunicación con el profesor de tus hijos y evitar conflictos y malos ratos para los niños

Evitar malentendidos y tensiones es fundamental. Freepik
Compartir

La relación entre padres y profesores es un factor relevante para el éxito académico y emocional de los hijos. Una comunicación eficaz puede hacer que se eviten malentendidos, que los conflictos se reduzcan y que se garantice que los niños van a recibir el apoyo que necesitan.

Sin embargo, muchos padres sienten miedo o incomodidad cuando tienen que interactuar con los docentes. También, los profesores perciben a algunos padres como demasiado exigentes o críticos. Entender cómo establecer un diálogo positivo y respetuoso entre ambos puede marcar la diferencia en el bienestar de los menores y su rendimiento escolar.

PUEDE INTERESARTE

La importancia de una buena comunicación

Diversos estudios demuestran que una comunicación abierta entre padres y docentes tiene un impacto directo en el aprendizaje y la motivación de los niños. La Universidad de Harvard, a través de su programa de educación, destaca que los alumnos cuyos padres participan activamente en la escuela tienen mejor rendimiento académico, mayor autoestima y menor riesgo de abandono escolar. Asimismo, los conflictos o la falta de comunicación pueden generar ansiedad en los niños, afectando su comportamiento y también, su capacidad de concentración.

Una comunicación efectiva también permite a los padres entender cuál es el enfoque pedagógico del profesor, los objetivos de aprendizaje y los métodos de evaluación, lo que va a hacer más fácil apoyar a los hijos en casa sin interferir en la autoridad del profesor. Por otro lado, los profesores también se benefician al recibir retroalimentación sobre el niño e información sobre la situación familiar o particular de cada alumno, permitiéndoles, de esa manera, adaptar la enseñanza.

PUEDE INTERESARTE

Cómo mejorar la comunicación con los profesores

Establecer contacto desde el comienzo de las clases

Es recomendable comenzar la relación con el docente desde el primer día de clases. Un gesto simple como enviar un correo electrónico de presentación o solicitar una reunión inicial sirve para establecer un primer contacto, compartir información relevante sobre el menor y establecer expectativas mutuas. Además, esto ayuda a crear un clima de confianza y colaboración entre ambas partes.

Preparar la comunicación

Antes de hablar con el profesor, sería ideal tener claros los objetivos y las dudas concretas para esa reunión. Se debe evitar abordar varios temas dispersos al mismo tiempo, y enfócate en aspectos específicos sobre el aprendizaje, comportamiento o necesidades del menor. Esto hace mucho más sencilla la comunicación, y también la hace más productiva y se evitan malentendidos.

Escoger el canal más adecuado

El medio de comunicación debe ser respetuoso y eficiente. Los correos electrónicos son útiles para cuestiones que requieren seguimiento, mientras que las reuniones presenciales o llamadas telefónicas permiten un diálogo mucho más cercano y empático. Se deben evitar conversaciones improvisadas en los pasillos o antes de clase, ya que suelen ser rápidas, poco claras y generar tensión. Estos momentos solo deben ser utilizados para detalles concretos y urgentes.

Escucha activa y empatía

La comunicación efectiva implica escuchar al profesor sin interrumpir y mostrar comprensión por lo que está compartiendo desde su punto de vista. Los educadores recomiendan hacer preguntas abiertas, como “¿Cómo crees que podemos ayudar al niño en esta materia?” en lugar de lanzar acusaciones o juzgar su trabajo. Esta actitud va a promover la colaboración y evita conflictos.

Documentar los acuerdos

Cuando se tiene una reunión o se mantiene una conversación por correo electrónico, lo ideal es documentarlo. Esto va a ayudar a tener un seguimiento de los avances del niño y evita malentendidos entre padres y profesores. La documentación también va a facilitar intervenir de manera objetiva en caso de que surja algún problema en el futuro.

Mantener la consistencia y el respeto

El tono y las veces que se comunican padres y profesores son determinantes. Mantener un trato respetuoso, cordial y constante, aunque surjan desacuerdos, evita tensiones y hace que los niños entiendan que sus padres valoran la educación sin generar ansiedad. Se deben evitar los mensajes agresivos, sarcasmos o comparaciones con otros alumnos.

Cómo abordar un conflicto con un profesor

A veces, aunque se hagan esfuerzos, pueden surgir conflictos con los profesores. Algunas señales de alerta de ello son: falta de respuesta a los mensajes o llamadas, críticas recurrentes hacia el niño sin propuestas de mejora o malentendidos frecuentes sobre el comportamiento o rendimiento del alumno.

En estos casos, los expertos recomiendan que se mantenga la calma y se eviten confrontaciones públicas. Solicitar una reunión formal para aclarar los puntos discordantes de manera estructurada. Y si el conflicto persiste, se debe buscar apoyo en la orientación escolar o la dirección del centro para que puedan intervenir para buscar una solución al conflicto. Una intervención temprana va a evitar que los niños se vean en medio de un problema entre adultos y, también protege su bienestar emocional.

Cuando hay una buena relación entre los docentes y los padres, no solo ayuda a que los hijos rindan mejor, sino que también pueden contribuir a construir un entorno escolar más positivo y seguro.