Comer por ansiedad: el estrés y los horarios laborales influyen en nuestra dieta y productividad
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La ansiedad y el estrés, especialmente el laboral, afectan directamente a nuestra alimentación. Según una encuesta, más de la mitad de los empleados españoles asegura que no tiene tiempo suficiente para cocinar de forma saludable y la presión en el trabajo hace que aumente el consumo de comida rápida y café.
Una enorme parte de los españoles come en el trabajo, ya sean snacks, desayunos o la propia comida del mediodía o cena, según el horario. La cuestión que ha abordado esta encuesta es si lo hace de manera saludable, y basta con abrir la nevera promedio de una oficina. Probablemente veamos mucha leche, algo de fruta, yogures y varios tápers preparados que se trae la gente de casa.
No siempre tenemos tiempo de traer un táper equilibrado
Sandra, de Mediaset, muestra su comida para este jueves: un táper de ensalada de lechuga, zanahoria y pepino y un poquito de pescado hervido que le sobró del miércoles por la noche. Muy sana porque le gusta cuidarse, pero por desgracia una gran parte de los trabajadores no tiene tiempo ni energía de pararse a prepararlo todos los días. Y eso repercute en el trabajo y en el resto de actividades.
Casi siete de cada 19 españoles reconoce que come por ansiedad. "A esto le llamamos hambre emocional", dice Daniela Silva, médica. Y suele acabar llevando el apetito a "alimentos que en su mayoría son hipercalóricos o ultraprocesados, que no son saludables", añade.
La máquina de vending es el sitio más fácil para caer en esto. "Hoy lo estoy haciendo mal porque me he olvidado la fruta así que han caído unas galletitas", bromea una trabajadora de Noticias Cuatro.
Comer bien aumenta la productividad y evita caer en la compra rápida
Pero hay más sitios donde guardamos ese pequeño aperitivo que nos salva la mañana: en las cajoneras. Vemos qué tienen preparado algunos empleados de Mediaset: "Frutos secos y pasas y así no compro cosas en la máquina", apunta Ainhoa. "Yo es que todos los días me preparo un té matcha y me tomo dos galletas antes de bajar al comedor porque si no me muero de hambre", confiesa Marta, y Sonia se suma: "Pavo y unas tostadas y mi café que no falte".
El teletrabajo también es un arma de doble filo. Por ejemplo, podemos comer sano en casa y dedicar el tiempo de viaje a tiempo de cocina. Pero "el trabajador no se mueve, prácticamente se levanta de la cama al trabajo y el sedentarismo también va a favorecer el sobrepeso y otras heridas y enfermedades crónicas", advierte Silva. Y esto es importante porque más allá de la salud, comer bien hace que seamos más productivos y evitemos a su vez caer en el snack.
