Coronavirus

Las secuelas del covid persistente dejan a los pacientes indefensos ante un laberinto de diagnósticos

El diagnóstico es complicado: las razones. IMAGEN: Ángeles Jiménez
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Cinco años después de la pandemia, muchas personas siguen padeciendo secuelas del coronavirus. Son los síntomas del llamado covid persistente, una cuestión problemática porque la falta de una definición precisa de lo que es esta dolencia y la variabilidad de sus efectos complica mucho la detección y el diagnóstico, informa en el vídeo Noelia Sarria.

Hace cuatro años del diagnóstico de Alba como enferma de covid persistente. "De secuelas del coronavirus me he quedado todavía con taquicardias y a nivel cognitivo. Estoy como a un 80%, me cuesta muchísimo concentrarme". Estos son sus síntomas, pero hay miles de pacientes con un cuadro médico único que en ocasiones no tiene nada que ver con el resto y que muchas veces acaba siendo indescifrable.

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Las secuelas de la enfermedad complican gravemente la vida cotidiana

Solo ahora, después de un largo tiempo de recuperación, se ha podido incorporar al mundo laboral tras mucho esfuerzo. "También ha sido un proceso de rehabilitación bastante importante", asegura la joven. Desde que contrajo covid no es la misma, pero sigue trabajando para recuperarse: "Tomo tres pastillas, una para el corazón, una para los pulmones y una para el estómago".

Como ella, los demás pacientes con esta dolencia crónica piden más consenso médico, menos peregrinaje de especialistas y un abordaje que de respuesta a quienes la padecen. Su caso es un ejemplo de la falta de detección precoz y precisa del covid persistente. "Fueron cuatro o cinco meses de dar vueltas por distintos especialistas hasta que por fin di con la internista que me diagnosticó".

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La sintomatología variada convierte el diagnóstico en un enigma

La situación es complicada para la mayoría, pero desde los centros sanitarios intentan solventarla poco a poco. Hospitales como el VIAMED Santa Ángela de la Cruz Sevilla tienen una unidad específica de la enfermedad. Guillermo Pérez Cabeza es su coordinador y es consciente del reto al que se enfrenta.

"Nos encontramos con esa gran variabilidad de síntomas que además no tienen un diagnóstico conciso", dice. "El diagnóstico empieza teniendo claro, tanto el médico como el paciente, que la sintomatología ha comenzado a darse tras la infección por coronavirus". En la unidad intentan tratar la peculiaridad de cada covid persistente. Y es que la dolencia puede llegar a tener hasta 200 síntomas diferentes.

Muchos de esos síntomas son totalmente inconexos unos con otros. Afectan a diferentes aparatos y sistemas. "Igual puede estar cansado, que se altera", dice Pérez. Las asociaciones de pacientes piden unidad médica y social para dar luz a los dos millones de personas que, se calcula, sufren esta enfermedad en nuestro país.