España enfrenta la peor temporada de incendios forestales en dos décadas con los equipos de extinción desbordados y agotados
Las llamas alcanzan alturas de hasta 14 metros, generando temperaturas que pueden elevarse hasta 23 grados en algunos focos específicos
España hace frente a 21 incendios de nivel 2 de gravedad en todo el territorio: hay 33.750 desalojados y más de 30 detenidos
La temporada de incendios forestales en España de este año se ha convertido en una de las más devastadoras de los últimos 20 años. En apenas dos semanas, casi 390,000 hectáreas han sido arrasadas por el fuego, una cifra alarmante que supera ampliamente los registros de años anteriores, incluyendo la grave temporada de 2022.
Los incendios que azotan la región se caracterizan por su extrema voracidad y peligrosidad. Las llamas alcanzan alturas de hasta 14 metros, generando temperaturas que pueden elevarse hasta 23 grados en algunos focos específicos. Además, el fuego se desplaza a velocidades de hasta 10 km/h, lo que dificulta enormemente las labores de contención y extinción.
Acumulación de factores que activan los incendios
Estas condiciones extremas se deben a una combinación de factores. La acumulación de combustible vegetal, resultado de años de sequías y falta de gestión forestal adecuada, crea un escenario propicio para la rápida propagación del fuego. A esto se suman las condiciones climáticas inestables, con cambios bruscos en la temperatura y el viento que hacen que el comportamiento del fuego sea errático e impredecible.
Los equipos de extinción se encuentran desbordados ante la magnitud y agresividad de los incendios. Con más de 200 incendios activos diariamente, los efectivos de bomberos y brigadas forestales trabajan sin descanso, enfrentando condiciones extremas y riesgos constantes. La situación ha requerido una respuesta internacional sin precedentes, con la llegada de ayuda y recursos de otros países para apoyar las tareas de control y mitigación.
La gravedad de la situación ha puesto en alerta a las autoridades y a la población, que vive con preocupación la amenaza constante del fuego. Expertos advierten que el cambio climático está intensificando estos fenómenos, haciendo que los incendios sean más frecuentes, extensos y difíciles de controlar.
