Accidente de tráfico

Dolor y lágrimas en el funeral del subinspector Antonio Ramos, el agente que murió en el accidente de Málaga

Dolor y lágrimas en el funeral al subinspector Antonio Ramos, el policía que murió en el accidente de Málaga
Celebran el funeral del policía que murió en el accidente de MálagaEFE / Pablo Vázquez
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MálagaMucho dolor en Málaga en el funeral del policía que falleció en el accidente de la AP-7. El agente, de 48 años, volvía a casa cuando se cruzó con los ladrones que huían en dirección contraria por la autovía. Su mujer y sus hijos están desolados, según informa Ana Martín y Raquel Duva. En la comisaría donde trabajaba le han hecho un homenaje.

Sus compañeros del Grupo Gotham, donde cuidaba cada noche de Málaga, los que le han llevado a hombros. Ha sonado el himno nacional, el himno de la Policía y le han condecorado con la medalla roja al mérito policial con distintivo rojo por su servicio. Su familia ya le ha dado el último adiós en el cementerio de Málaga.

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El dolor, visible en el funeral del subinspector Antonio Ramos

Las sirenas anunciaban la llegada de los restos mortales del subinspector Antonio Ramos esta mañana a la comisaría provincial de Málaga, donde estaba destinado. El féretro, cubierto con la bandera de España, ha sido recibido por sus compañeros que, en silencio y con el corazón encogido, lo han cargado sobre sus hombros.

El dolor era visible en sus rostros. Un centenar de agentes han formado un pasillo de honor para escoltarlo hasta el interior del recinto. Detrás, la viuda, sus dos hijos, sus padres y otros familiares. En un solemne y emotivo acto le han rendido homenaje y han reconocido su labor durante sus años de servicio.

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Interior le ha concedido la Orden al Mérito Policial con distintivo rojo

Interior le ha concedido la Orden al Mérito Policial con distintivo rojo a título póstumo. Tenía 48 años y estaba en los Gotham. En esta unidad, los agentes trabajan de noche vestidos de paisano para detener a los ladrones. “Si había que decir qué significaba ser policía, él era el mejor ejemplo. Era entonces el primero en entrar, siempre el último en salir”, dice uno de sus compañeros un día después del terrible accidente.

Eran tres aluniceros que habían intentado robar en una farmacia y huían de las patrullas. Circulaban por la AP-7 a más de 200 km/h en sentido contrario hasta que chocaron de frente. Los investigadores les seguían el rastro desde febrero tras un reguero de asaltos a farmacias de la provincia, al menos 13. Impotentes, los agentes hoy no han podido contener las lágrimas al despedirse. Se ha fundido en abrazos también con el padre del difunto, que era policía. Según nos cuentan, fue él quien le transmitió los valores y su vocación de servicio.