Madrid impone un nuevo castigo público para los grafiteros que dañan los muros de la ciudad y los barrios aledaños. Decenas de jóvenes se han dedicado a limpiar las paredes de grafitis desde diciembre con el fin de evitar la sanción económica. De esta manera, no pagan multa y se eliminan más rápidamente los dibujos.  

Desde hace más de cinco meses, en Madrid se ha limpiado una superficie de 2.625 metros cuadrados. Durante un total de 1.228 horas, 33 grafiteros han quitado de los muros de la capital sus 'obras de arte' tras ser pillados in fraganti: "Estaba haciendo un grafiti en un parque y me sorprendió la policía municipal”. 

Cada uno debe limpiar las pinturas durante 60 horas para evitar una multa de 3.000 euros. Algunos de ellos llevan años grafiteando: "Cada uno tiene sus motivos, en mi caso fue un momento de desconexión y olvidar un poco los problemas del día a día. Hay gente que le gusta más pinta legalmente, otra ilegalmente”. 

La nueva iniciativa de Madrid no sirve para reincidentes

Estos suelen hacerlo sin permiso, de manera ilegal. La patrulla antigrafitis de Madrid ha realizado 42 actuaciones y limpiado cerca de 400.000 metros cuadrados de pintura, un mantenimiento con un coste de más de seis millones de euros: “Te hace sensibilizarte un poco con la situación y el trabajo que supone limpiar un grafiti”. 

Borja Carabante, delegado de Urbanismo de Madrid, ha dejado claro que “en todos los barrios, en todos los distritos hay muros donde se puede hacer arte urbano”, una afirmación que ha causado la indignación de algunos de los grafiteros que se limpian las paredes: “Los grafiteros queremos tener nuestros derechos para poder expresar nuestro arte”. 

Ya se cuentan por decenas los que sustituyen las multas en Madrid por la limpieza de grafitis, sin embargo, esto solo puede hacerse una vez. Según ha especificado el Ayuntamiento, la iniciativa no sirve para reincidentes. 

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