Una familia al completo, intoxicada por plomo por una jarra de cerámica esmaltada en Vizcaya
Unos análisis de sangre realizados a la abuela de la familia dieron la voz de alarma
Beatriz Egaña cuenta que le llamaron del hospital para decirle que tenía unos niveles altísimos “que te puedes morir”
Una inspección detallada descubrió el objeto foco de la intoxicación
Una familia de Getxo, Vizcaya, se ha visto afectada por una intoxicación sanitaria por plomo. Según informan Maialen Larrinaga, Idoia Rivas y M. González en el vídeo, unos análisis de sangre a la abuela dieron la voz de alarma. Entonces salud pública inició una inspección detallada hasta que descubrieron el objeto cotidiano origen de la contaminación.
Beatriz Egaña cuenta como uno análisis de sangre que se realizó dieron la voz de alarma sobre una intoxicación que afectó a toda la familia. “Oye Beatriz, que tienes niveles altísimos de plomo y que urgentemente vengas a Cruces, que te puedes morir”, recuerda.
Ella, la abuela, fue la primera de la familia en saber que estaba contaminada tras unos análisis. “Cuando salí tenía cuatrocientos y pico y aquí estoy”, dice, “entonces han hecho a toda mi familia porque dijeron que a todo el entorno: mis hijas, mis nietos, mis nietos pequeños que esos tienen una barbaridad”.
Su hija, Beatriz Server, recuerda que “ella misma decía, ‘es que siento que me muero’ y por lo menos ahora sabemos lo que es”.
Ante la gravedad salud pública inicia una inspección detallada y encuentra un foco de contaminación en una jarra de cerámica esmaltada que usaba la familia. “Hacen la medición del agua de la jarra, que tiene unos niveles a 900, me dicen”, explica Beatriz.
Olatz Zuloaga, química analítica de UPV/EHU, explica que “no debe superar los 10 microgramos por litro, es 90 veces más”. Con estas cantidades de plomo, Beatriz afirma que “calculo que nos dábamos un chupito de cianuro”.
Zuloaga explica que “el agua que contiene un metal, nuestro cuerpo lo que va a hacer es acumularlo, por ejemplo, en el hígado”.
La familia ahora vive en un hotel hasta que analicen y fumiguen la vivienda, porque la jarra no debe ser el único foco ya que Beatriz cuenta que le informaron de “que gente que no bebía de la jarra también estaba contaminada entonces que saliera de mi casa, que iban a mandar un equipo de mediciones para ver dónde estaba el foco, además del agua”.
Una alta contaminación que, según los médicos, podría tener secuelas irreversibles.
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