¿Por qué las peleas entre hermanos pueden ser beneficiosas?

Un estudio de Cambridge concluye que las peleas entre hermanos contribuyen al desarrollo de las habilidades sociales
Esas peleas, siempre que partan de una relación saludable y terminen en acuerdo o negociación, son un escenario perfecto para ensayar cómo actuar fuera de casa
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MadridCuando son pequeños las peleas entre hermanos son agotadoras para los padres. Hartos de que se repitan cada día acaban regañando y castigando a todos y suplicando que algún día reine la paz en casa. Resulta que esas discusiones podrían ser beneficiosas para su desarrollo y el de sus habilidades sociales futuras según una extensa investigación realizada por expertos de la Universidad de Cambridge. En Cuatro hemos tomado nota de las primeras conclusiones que además responden a ¿por qué las peleas entre hermanos pueden ser beneficiosas?
Hace más de una década, Claire Hughes, investigadora y profesora de Psicología del Desarrollo en Cambridge desde 2012 y directora de Estudios de Ciencias Psicológicas y del Comportamiento, quiso profundizar y comprender todo aquello que influye en el desarrollo durante los primeros años de vida de los niños. Con esta finalidad puso en marcha el estudio Toddlers Up junto a otros expertos, una investigación que actualmente continúan estudiantes de posgrado y de diversas licenciaturas.
Para iniciar este gran proyecto se contó con la participación de un gran número de familias en las que convivían unos 140 niños de entre dos y seis años. A través de la observación, de entrevistas o de pruebas de diversa índole los investigadores comprobaron que las interacciones entre los hermanos, independientemente de los conflictos que se suceden, “pueden acelerar la comprensión social de los niños”.
Durante unas declaraciones a The Guardian, Claire Hughes subrayó que todas estas interacciones entre hermanos “pueden ser beneficiosas para el desarrollo emocional y cognitivo de los niños”. Es habitual que entre hermanos se desaten discusiones porque uno ve en el otro como un competidor que le va a quitar el puesto frente a sus padres, que le resta atención y el amor que sienten por él.
Sin embargo, esas peleas entre niños de corta edad sirven de escenario y son una oportunidad “para practicar habilidades de negociación, expresar opiniones o escuchar de forma activa”. Es más, según apuntó Hughes, tras evaluar los datos recogidos, en muchos casos “la comprensión social de los niños puede verse acelerada por su interacción con los hermanos”. Eso se debe a que durante las peleas se ahonda en “la complejidad del lenguaje y de las interacciones sociales”. El aprendizaje en casa después los niños lo extrapolan fuera de ella cuando se relacionan con otros en el aula o en el patio del colegio o cuando salen a jugar al parque.
Aprender a discutir en casa para no hacerlo en el patio
El estudio Toddlers Up ha demostrado que siendo “completamente normal que haya algún conflicto entre hermanos y hermanas”, estas peleas “no parecen afectar el desarrollo infantil”. En cambio, los investigadores sí que han comprobado que “los niños cuyas relaciones con sus hermanos mejoraron entre los 3 y los 6 años eran más propensos que otros niños a tener muchos amigos en la escuela”. Es decir, claramente, si en casa los hermanos consiguen aprender a llevarse bien, son capaces de desarrollar habilidades sociales que les permiten entablar amistad con otros niños en diversos ámbitos.
Además, la investigación ha puesto de manifiesto que el juego compartido entre hermanos durante muchas horas cuando son pequeños, además de las peleas, les permite practicar todas esas habilidades que necesitan para interactuar de forma positiva en un futuro con sus compañeros del colegio. Tal como publica el estudio Toddlers Up, si a los 3 años un niño juega con su hermano mayor, cuando llegue a los 6 años será capaz de iniciar relaciones y jugar con otros niños de su edad aunque los acabe de conocer.
Este trabajo, que todavía sigue en curso, “ha proporcionado a los investigadores un vasto conocimiento sobre cómo las relaciones familiares y entre hermanos influyen en el desarrollo de las habilidades cognitivas y sociales de los niños”. Es más, Claire Hughes junto a sus colegas Gabrielle McHarg y Alison Pike están ampliando su área de investigación hasta la adolescencia. En mayo de 2023 la Universidad de Cambridge editó el libro Influencia de los hermanos en la prosocialidad, De la infancia a la adolescencia.
El texto se adentra en cómo los diferentes tipos de relaciones entre los hermanos explican e influyen en el comportamiento prosocial de los niños. Se entiende como comportamiento prosocial la “conducta voluntaria y beneficiosa para los demás” , “está relacionada con el desarrollo emocional y la personalidad” y “comprende acciones de ayuda, cooperación y altruismo”.
Como puntualización, todo ello no implica dejar que los hermanos discutan sin parar si fuera el caso. Los padres tienen el deber de velar porque desarrollen entre ellos relaciones saludables, manejar situaciones injustas, identificar las causas de los conflictos y ayudarles a resolverlos entre ellos de forma pacífica utilizando siempre la palabra. De la misma forma es importante que los padres sepan valorar y felicitar a los hermanos cuando se llevan bien entre ellos, comparten y cooperan.

