Presencia de medusas ‘pelagia noctulia’ en playas de A Coruña: las corrientes y el aumento de temperatura como responsables

Se han encontrado medusas en la playa de Carnota en Galicia, en pleno Océano Atlántico. No es nada habitual verlas allí, sino en aguas mucho más cálidas como las del Mar Mediterráneo. El caso es que en el Atlántico Norte se están marcando temperaturas récord desde el año pasado y eso podría ser desencadenante de la llegada de medusas a esta playa gallega.

Debido al buen tiempo que ha hecho esta semana en Galicia la gente ha salido a pasear por los grandes arenales de la comunidad y se han encontrado medusas. El caso es que también se ha dado en la playa de Area Maior en la localidad de Muros y a lo largo de las playas coruñesas. Las medusas pertenecen a la variedad ‘Pelagia noctiluca’ las cuales son de gran tamaño y no son frecuentes en Galicia.

Esta especie no es considerada peligrosa como pueden ser las carabelas portuguesas, suelen habitar en océano abierto, pero su llegada a los litorales impide a los bañistas meterse al agua debido a que son urticantes si entran en contacto con la piel. Se están investigando las causas de esta llegada y una de las principales hipótesis recoge que puede haber sido debido a que las corrientes les hayan arrastrado.

También se están registrando subidas puntuales de las temperaturas en estas zonas de Galicia, sumado a que se están reduciendo el número de predadores naturales de esta especie, como puede ser la tortuga boba o el atún rojo. No es la primera vez que han aparecido medusas de esta especie, ya que el año pasado se llegó a prohibir el baño en las playas de Riazor, Orzán, Matadero, San Amaro y As Lapas.

¿Cómo es la 'pelagia noctiluca' y qué hacer si nos pica?

La ‘pelagia noctiluca’ o medusa luminiscente es una especie con ocho tentáculos y de color rosado, que tiene millares de células urticantes. Según la ‘Fundación iO’ se les suele reconocer por su cabeza pequeña en forma de hongo con unas pequeñas manchas rojas o pardas similares a las verrugas. Recibe su nombre científico debido a que por la noche brilla entre las olas, irradiando una luz, por lo que son bioluminiscentes.

Su picadura es menos peligrosa que la de una carabela portuguesa, pero aun así produce dolor, hinchazón y un picor intenso en el lugar de la picadura. La distribución de su veneno puede provocar la sensación de opresión torácica, dificultad respiratoria y calambres musculares.

En caso de picadura se recomienda: limpiar la zona afectada rápidamente con agua salada, nunca agua dulce. Si hay restos de tentáculos pegados, deben ser eliminados con unas pinzas o algo similar. Se debe evitar la exposición solar y aplicar frío en la zona afectada. Y si el dolor es muy intenso, es necesario avisar al socorrista o acudir a un centro médico.