Otro enfermero alemán condenado a cadena perpetua por asesinar a 10 pacientes en cuidados paliativos

El condenado, identificado como Ulrich S., fue declarado culpable de diez asesinatos y 34 intentos de asesinato entre diciembre de 2023 y mayo de 2024
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FrankfurtLa Audiencia Provincial de Aquisgrán, en el oeste de Alemania, ha condenado a un enfermero a cadena perpetua por el asesinato de diez pacientes en un centro de cuidados paliativos. El condenado, identificado como Ulrich S., fue declarado culpable de diez asesinatos y 34 intentos de asesinato entre diciembre de 2023 y mayo de 2024.
Según la sentencia, Ulrich S. administraba inyecciones letales que consistían en una mezcla de barbitúricos y analgésicos, lo que provocó la muerte de nueve personas. Los hechos tuvieron lugar en una clínica de Würselen, cerca de Aquisgrán, y las sospechas sobre el enfermero comenzaron a acumularse a partir del verano de 2024. En febrero de 2025, la fiscalía presentó la primera acusación, que inicialmente contemplaba cinco casos de asesinato, pero a medida que avanzó la investigación, el número de víctimas aumentó.
Aplicaba inyecciones a los pacientes mientras dormían
La investigación se basó en una serie de fuertes indicios, como un claro aumento de la mortalidad en los turnos de Ulrich S. Además, dos familiares de las víctimas testimonian que vieron cómo el enfermero les aplicaba inyecciones a los pacientes mientras dormían, sin que hubiera una justificación médica para ello. A pesar de la defensa del acusado, que alegó que su intención era hacer algo bueno para los pacientes, el tribunal consideró que las pruebas eran irrefutables.
La sentencia aún no es firme, ya que el condenado tiene la opción de apelar. Además, Ulrich S. sigue siendo investigado por otros posibles casos de asesinatos y tentativas de asesinato que podrían derivar en nuevas acusaciones y procesos judiciales.
Este caso recuerda al de Nils Hügel, otro enfermero alemán condenado en 2019 por el asesinato de al menos 85 pacientes. Al igual que Ulrich S., Hügel cometió sus crímenes en el ámbito de los cuidados intensivos, donde la confianza de los pacientes y sus familias fue gravemente traicionada. En ambos casos, la muerte de los pacientes fue atribuida a un comportamiento sistemático y cruel de parte del personal sanitario, algo que ha estremecido a la opinión pública y generado un intenso debate sobre los protocolos de control y supervisión en hospitales y clínicas.
La condena de Ulrich S. es un paso importante en la lucha por la justicia para las víctimas de estos crímenes, pero la investigación continúa para determinar el alcance total de los crímenes cometidos y para garantizar que no haya más víctimas.

