Los pasajeros de un crucero en el Paso de Drake, que separa América del sur y la Antártida, han vivido una auténtica pesadilla. Durante 48 horas, estuvieron como en una montaña rusa con olas que superaban los 10 metros, según informa Alejandro Oviedo. Algunos no dudaron en sacar sus móviles para inmortalizar este terrorífico momento.

Este viaje en crucero no es apto para miedosos. Las aguas por donde se mueve este barco están consideradas por muchos como las más tormentosas del planeta.

El barco se mueve de un lado a otro y lo único que pueden hacer los pasajeros es dejarse llevar entre zarandeo y zarandeo, deslizándose por la cubierta. Muchos lo hacen incluso estando sentados. Es el mar de Hoces o pasaje de Drake, un pequeño tramo de mar que separa América del sur del continente antártico y con apenas 800 kilómetros de longitud.

Debido a la topografía del terreno, este mar solo tiene dos estados en los que te lo puedes encontrar como una balsa o con gigantescas olas que arremeten contra el barco. Esta situación hace imposible ver el mar -e incluso desde las cubiertas superiores- al estar todo el rato salpicando el agua.

Son precisamente esas condiciones extremas las que atraen a los turistas, que cogen este barco que les lleva a la Antártida. Algunos atraviesan ese mar perpetuamente embravecido porque merece la pena por las vistas que les esperan una vez desembarquen y caminen con los pingüinos.

Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento.