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¿Realmente ahorras con las marcas blancas? Cuándo sí y cuándo no compensa

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Las marcas blancas ganan terreno en el supermercado. Unsplash
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El crecimiento imparable de las marcas blancas, también llamadas marcas del distribuidor, se sostiene en una mezcla de economía doméstica y cambio cultural. A simple vista, puede parecer una victoria automática para el ahorro; pero en realidad, se trata de un aspecto mucho más complejo, que depende del contexto, el producto y el propio consumidor. Por eso es conveniente evaluar cuándo estas etiquetas cumplen su promesa y en qué casos merecen una pensada más profunda.

Ahorros tangibles: hasta un 45 % en la cesta de la compra

En tiempos de inflación persistente, aprobar la austeridad en el carro del supermercado es una medida casi estándar. Según un análisis basado en los precios de Mercadona, Carrefour y Dia, se puede ahorrar más de un 45% en la compra al elegir productos de marca blanca frente a los de fabricante, teniendo en consideración las siguientes categorías: refrescos, carne, lácteos, no perecederos y productos de limpieza.

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Además, estas marcas blancas ya representan el 43,7% de la cesta de la compra de los hogares españoles, y seis de cada diez consumidores asocian su elección a conseguir alcanzar ahorro que se sitúa de media entre el 10 al 25% mensual.

Este desplazamiento hacia las marcas blancas no solo se explica por el bolsillo, sino por la percepción de calidad. Un estudio reciente revela que el 80% de los consumidores españoles considera que las marcas blancas igualan o incluso superan en calidad a las de fabricante.

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Corroborando esa valoración podemos encontrar múltiples ejemplos, como puede ser el análisis de la OCU en el que ha valorado favorablemente marcas blancas de aceite de oliva virgen extra (AOVE) por ofrecer calidad similar a marcas tradicionales, con un ahorro de hasta el 25%, aunque advierte ciertas áreas de mejora en el etiquetado informativo.

El mismo tipo de análisis se ha aplicado también a las cervezas sin alcohol 0,0%, concluyendo que tres marcas blancas (Rambler’s, Karlsquell y Aurum) figuran entre las siete mejores pese a costar casi la mitad que grandes marcas, lo que desmonta el mito de que mayor precio equivale a mejor sabor.

¿Por qué se abre paso esta estrategia?

La proliferación de marcas blancas obedece también a estrategias logísticas. Estas marcas pertenecen a cadenas de distribución exclusivas (como Hacendado o Milbona), que externalizan su producción a terceros, reducen así los costes en publicidad y control de distribución, y se benefician de mayor control de logística y posición en los lineales.

Además, hay que tener en cuenta que muchas de estas marcas blancas ya no son solo “productos baratos”, sino que también ofrecen opciones “premium” o más innovadoras, construyendo fidelidad hacia el distribuidor. Se lucha así un tanto ante la concepción de este tipo de productos como poco dados a la innovación, lo que ha supuesto una de las mayores críticas desde su irrupción. 

Una cuota de mercado al alza

España ha experimentado un rápido avance en el terreno de marcas blancas. Entre 2005 y 2022, su cuota de mercado creció del 24,1% al 49,5%, según cifras oficiales. En ciertos países europeos ya superan a las marcas de fabricante.

Este ascenso va acompañado de cifras concretas. Por ejemplo, la leche de marca blanca ya domina más del 60% del mercado en España, y fabricantes clave han multiplicado ventas un 38% entre 2021 y 2023, aunque operando con menores márgenes de beneficio.

Una selección consciente que combina oferta, calidad y criterio

Las marcas blancas representan hoy una opción muy válida por su relación calidad-precio, su creciente reconocimiento entre consumidores y su pujante cuota de mercado. En productos de consumo cotidiano como leche, aceite, cervezas o productos de limpieza, compensan con inteligencia.

Pero no son la panacea. En muchas ocasiones no esperan innovar, y dejan fuera desarrollos en salud, ingredientes premium o fórmulas avanzadas. Por eso, un enfoque equilibrado es recomendable: usar marca blanca para lo funcional, mientras se reserva el espacio de marcas líderes para artículos que aportan diferenciación real.