Duna Rolando ilustra 'La respiración cavernaria' de Samanta Schweblin: "Cada vez lleva más tiempo morirse"
EUROPA PRESS
30/10/201717:53 h.Durante la presentación, la escritora y la pintora han relatado como se decidieron a trabajar juntas para ilustrar esta "novela corta", según la describe la autora, que forma parte de su recopilación de cuentos 'Siete casas vacías' y que se publica ahora por primera vez como relato independiente.
"Al revisar el trabajo de Samanta y antes de llegar a 'La respiración cavernaria' no me identificaba con ningún cuento como para poder ilustrarlo pero cuando leí el personaje de Lola me identifiqué, vi a mi abuela y dije esto es lo que quiero", ha relatado Rolando en el encuentro con la prensa.
Así comenzó año y medio de trabajo "casi exclusivo" en el que la pintora realizó hasta 45 ilustraciones, según ha relatado Rolando, que luego, en colaboración con Schweblin fueron reduciéndose "hasta que quedó la esencia de lo que necesitaba el cuento". Además, según ha añadido el editor de Páginas de Espuma, Juan Casamayor, todas las ilustraciones originales del cuento podrán contemplarse durante un mes en la sala de exposición 'Tipos Infames' en Madrid a partir de este lunes 30 de octubre.
Rolando ha afirmado también que decidió realizar todas las ilustraciones en óleo sobre tela, a pesar de que supone un mayor tiempo de secado y correcciones que las versiones digitales, porque según ha detallado, buscaba que el cuadro quedara "independiente del libro". "La imagen digital dista de la imagen real y yo quería que quedase un registro de lo que era el cuadro auténtico", ha añadido.
La ilustradora ha confesado además que se ha valido de sus propios recuerdos de la casa de su abuela, con la que de cierto modo identifica al personaje, para "usarlos como trampolín de recurso a las imágenes" que acompañan al texto, como por ejemplo, el mobiliario representado que evoca al de su casa familiar.
Así, en el texto predomina la gama de los azules que poseen un poco más de luz y presencia de contrastes amarillos al principio del relato pero que se van apagando a medida que avanza el texto, en lo que para la ilustrado supone "una conexión emocional de colores que fluye desde la cabeza al brazo".
Sin embargo, autora y pintora admiten que "lo más difícil" fue ilustrar a la protagonista pues, mientras que para Schweblin "es mala" y en ocasiones incluso "un personaje odioso", Rolando señala que "no podía pintarla tan odiosa" pues se compadecía de una "loca" en la que se veía a sí misma y a su abuela reflejadas.
Sobre el tema de la muerte y el alzheimer, Schweblin ha afirmado que en ocasiones fue "muy duro" escribir el cuento pues admite que se siente cercana a la enfermedad debido a un historial familiar de casos que la llevaron a "convivir con el temor" que suponen los olvidos y de asistir a "una de las peores muertes posibles". "Es como un muerto vivo porque ya no estás ahí pero tu cuerpo se sigue levantando todas las malditas mañanas", ha afirmado.
A pesar de todo, el suicidio no aparece como opción en el relato, pues según Schweblin, "una de las cosas que plantea Lola es que si no le pasa nada, si nunca ha hecho nada con su vida, cómo hace para morirse" y ha revelado que el personaje, "necesita un golpe, una enfermedad, para morirse". Así, ha añadido que al guardarlo todo en cajas Lola busca ordenarse a sí misma, mientras que admite que "el gran sueño de Lola es morirse antes que su marido para demostrarle que incluso en su muerte ella se ocupa de todo".
Por último, el editor de Páginas de Espuma ha revelado que, si bien esta es la primera obra de esta serie, que afirma que continuará con una realidad de dos títulos por año, la editorial está preparando un texto de Andrés Neuman, así como una recopilación de literatura de terror llevada a cabo por Fernando Iwasaki.