Una mujer que se cree pija y otra que está orgullosa de ser de pueblo se cambian de familia

cuatro.com 14/06/2011 16:50

Desde el primer momento, Merche intuye que no va a encajar en su nueva familia. Y no se equivoca, pues sus formas y su modo de vida, no pueden ser más opuestos. Tachada de pija por los hijos de Mari Cruz, tendrá que soportar su pasotismo, su indiferencia, sus burlas y sus exigencias. Cansada de sentirse de menos, plantea unas normas en las que las tareas se van a repartir, pero para conseguir que se cumplan, harán falta sangre, sudor y lágrimas. Merche nunca imaginó que podría sufrir tanto.

Mari Cruz empieza el intercambio con toda su energía e ilusión, pero en la nueva casa, desde el primer momento siente que la menosprecian por su forma de hablar y sus modales de barrio. Claro que Mari Cruz no está dispuesta a achicarse. A ella le puede faltar cultura, pero tiene la lengua muy larga y muy afilada, y durante los días de convivencia no va a dejar títere con cabeza. La familia de Merche, no imagina a quien se enfrenta.