A Doakes no le gustaba Dexter. Le ponía nervioso su perfección y su amabilidad imperturbables. Encima, Dexter suele tener razón en todos los casos. ¡Doakes odiaba a Dexter! Este detective de homicidios parece ser el único en darse cuenta de que el alegre forense no podía ser así las 24 horas del día. Dexter le provocaba escalofríos... su instinto policial no estaba mal dirigido.
Dexter se sintía amenzado por Doakes. Por eso tejió una maniobra perfecta para que sus compañeros pensaran que Doakes era el asesino de la bahía Harbor. Doakes tuvo que huir y consiguió descubrir la verdadera identidad de Dexter. Éste consiguió encerrarlo y le hizo dudar. No podría matarlo. Lila lo hizo por él.