Lo que comenzó siendo un problema de especulación inmobiliaria se ha convertido en un derrumbe del sector. Algo, que en el caso español, está afectando a la economía nacional. Se juntan así dos crisis: una estructural, propia de España, y otra internacional. Sin embargo, la primera ya había sido vaticinada por varios economistas. Manuel Romera, Director del Sector Financiero del IE (Instituto de Empresa), así lo explica. "En España hemos vivido, y la economía ha vivido de poner ladrillos, de hacer pisos y del cemento (...). Eso es malísimo. Lo han hecho los políticos para poder financiar ayuntamientos, CCAA, corporaciones locales, alcaldes corruptos y sobre todo bancos que también han tenido que financiar esas casas, esas inmobiliarias y constructoras, sin tener en cuenta casi nada". Una conjunción de factores que ahora afectan a todos, tanto a los que directamente están implicados, bien porque son compradores, vendedores, responsables de empresas de construcción y demás, como a los que se mantuvieron al margen. Aunque no en igual medida.
Amadou Diallo trabajaba en la construcción. Ahora está en paro, con una hipoteca de más de 1300 euros al mes. Las soluciones son pocas. Cuando se presenta en la oficina de empleo, le explican que su preparación es insuficiente, que no hay trabajos para él. A pie de obra, nadie necesita nuevos empleados. Y en el banco, ante la propuesta de entregar su casa, porque no puede mantenerla, obtiene una negativa. Y es que muchas entidades se están encontrando con la devolución de llaves de unos pisos que no aceptan, porque no pueden encontrarle una salida. "Los bancos no quieren ladrillos, prefieren que les paguen las letras, sobre todo, porque el Euribor no para de crecer", explica Manuel Romera.
Fernando Díez es un comprador afectado. En 2006 invirtió todos sus ahorros en la entrada de un piso. La quiebra de la constructora le ha dejado sin casa y con la posibilidad de perder mucho dinero. En noviembre de 2007, la cooperativa le dijo que la empresa no tenía solvencia. Ya ha dado 50.000 euros, y por el impago de las deudas, un proveedor ha embargado la casa. Ahora vive en casa de su madre junto con su esposa y su bebé.
Por otro lado, las empresas inmobiliarias, sean grandes o pequeñas, no se quedan al margen del problema. Y como consecuencias, tampoco sus empleados. Rosa María Álvarez, propietaria de una pequeña inmobiliaria, ha tenido que despedir a 35 personas en lo que va de año. Sin embargo, hay quien sí resiste a la crisis. Gente que en todo momento ha construido y vendido exactamente por lo que costaba una casa.
José Moreno, gestor de cooperativa en Fuenlabrada
Se le conoce como 'El pocero de Fuenlabrada', por su antigua profesión. Sin embargo, nada tiene en común con Francisco Herrero, el famoso 'Pocero', constructor de la urbanización de Seseña. Este vende casas a un precio tres veces mayor al real mientras que el primero no.
Cada piso que construye José Moreno cuesta en torno a 100.000 euros, tiene tres habitaciones, dos baños y piscina. Por ese precio, sale una hipoteca de unos 400 euros a 20 años. Explica que el truco está en el precio al que los ayuntamientos venden el suelo. "Lo bueno es que el Ayuntamiento permita que la repercusión del terreno no sobrepase los tres millones de pesetas. Y que el promotor no se quiera lucrar, por supuesto". Y añade, "Cualquier alcalde, lo suyo es que abarate lo máximo la vivienda a sus jóvenes, si no, es que hay gato encerrado". Afirma que el metro construido, a ellos, les cuesta 600 euros. De ahí que se sienta ofendido cuando le comparan con 'El Pocero'. Lo único que tienen en común es el apodo. "Si nos conocemos, creo que nos vamos a llevar mal", sentencia.