Sancionado un guardia de tráfico por increpar a un mosso que le paró en la A-7

Noticias Cuatro/ Agencias 19/01/2013 14:50

Según los hechos probados por un juzgado de Tarragona, que le valieron al agente una condena de 200 euros en un juicio de faltas, el 30 de abril de 2010 Ramón V.F. recibió el alto de un sargento de la policía autonómica.

El agente de la Benemérita se dirigió al mosso con tales como "¿Qué quieres, por qué me paras? ¿Qué pasa, que no se puede adelantar por la izquierda? Yo chillo a quien me da la gana y a mi tú ni nadie me va a decir cómo me tengo que comportar". Añadió: "luego dirás que eres compañero mío, si alguna vez vienes por Benidorm te vas a enterar, así tenéis fama de torturadores".

Cuando se personó una segunda dotación policial en el lugar de los hechos, el guardia civil siguió con sus insultos al sargento de los Mossos, al que espetó frases como :"¿Qué, acabas de salir de la escuela? ¿Qué, te han regalado los galones?" "Son los típicos que no tienen ni idea y van de jefes", para posteriormente dirigirse a los agentes recién llegados con un "vaya jefes que tenéis, vais arreglados".

"Saluda bien, coño"

Finalmente, cuando el mando de la Policía Autonómica se despidió del guardia civil con el saludo de rigor, momento en el que le dijo: "saluda bien, coño que no sabes ni saludar".

El agente de la Benemérita alegó contra sus suspensión que su actitud no había afectado al servicio de su Destacamento ni propiciado ningún daño para la Administración. Ante el Supremo también defendió que siempre había cumplido con sus obligaciones y que ya había sido condenado penalmente por estos mismos hechos.

El alto tribunal rechaza su recurso y, en una resolución de la que ha sido ponente el magistrado Francisco Menchén, recuerda que el guardia civil trajo a colación durante el incidente su condición de guardia civil de tráfico, "lo que hace derivar la necesidad de resultancia lesiva hacia el daño originado a la Administración".

Además, el Supremo hace suyos los argumentos del Abogado del Estado en el sentido de que "en una actuación o incidente que podía no haber trascendido del ámbito privado, el encartado se comportó aludiendo y haciendo gala de su condición de Guardia Civil, precisamente para ridiculizar a los componentes de la policía autónoma catalana".

Por ello, considera que "no cabe la menor duda" de que la actuación del agente "al comportarse de forma auténticamente inaceptable", perjudicó a la institución de la Guardia Civil.