Los turistas se plantean esta práctica como una broma entre amigos. Incluso, en medio de la osadía, saludan a la cámara antes de saltar. Cruzan de un balcón a otro por fuera de la barandilla, arriesgando la vida. También ignoran la multa a la que se pueden enfrentar - les puede costar hasta 600€- y la expulsión del hotel.
Solo este año el balconing se ha cobrado la vida de seis turistas y otras doce personas han sido heridos de gravedad. El último caso ha sido el de un alemán de 23 años, que pasaba sus vacaciones en Mallorca. Él murió al precipitarse desde el duodécimo piso de un hotel.
El peligro de precipitarse a la piscina
Ni las multas, ni las campañas de concienciación lográn impedir la peligrosa práctica del 'balconing' en los hoteles de algunas zonas de Mallorca. Este caso ha ocurrido en la zona de El Arenal cerca de la capital mallorquina. Allí, vecinos han grabado a un joven escalando como 'Spiderman' por las terrazas de un hotel de esta zona habitual del turismo extranjero.
Thomas Channon tenía 18 años. Murió hace una semana tras precipitarse al vacío desde 12 metros de altura. Estaba en el sexto piso de un edificio del complejo turístico Eden Roc, de Magaluf (Mallorca), en el que otros dos jóvenes han fallecido en las mismas condiciones en los últimos cuatro meses. El padre de Tom ha visitado el lugar en el que murió su hijo para comprender cómo ocurrió y cómo pasó el joven sus últimos momentos de vida.