El Papa visita a los jesuitas y les pide que lleguen a las periferias "donde otros no llegan"

EUROPA PRESS 24/10/2016 13:01

El Pontífice ha realizado una visita fuera de agenda realizada este lunes 24 de octubre a la Curia General de la Compañía de Jesús, donde ha participado en la reunión de la 36º Congregación General, que estos días ha elegido a su nuevo superior general, el venezolano Arturo Sosa Abascal, en sustitución del padre Adolfo Nicolás, que presentó su renuncia al cumplir 80 años.

Francisco ha subrayado que el objetivo de la orden fundada en 1540 por San Ignacio de Loyola no es solamente "atender a la salvación y perfección de las ánimas propias con la gracia divina sino que también es, con la misma intensidad, procurar ayudar a la salvación y perfección de los prójimos".

También ha insistido en que la Compañía de Jesús debe estar en cohesión con la Iglesia y "hacer las cosas sintiendo con la Iglesia". De esta manera, les ha recordado que hay que poner su misión en práctica "sin perder la paz y alegría, dados los pecados que se ven tanto entre ellos como en las estructurarse que han creado".

"El jesuita está llamado para discurrir -como dice Ignacio- y hacer vida en cualquiera parte del mundo donde se espera más servicio de Dios y ayuda de las ánimas porque para la Compañía, todo el mundo ha de ser casa", ha manifestado.

CONSUELO Y ALEGRÍA EVANGÉLICA

Asimismo, ha explicado que el consuelo "es el principal servicio a la alegría", que constituye el mensaje evangélico. "El jesuita es un servidor de la alegría del Evangelio", ha insistido.

Francisco, que fue provincial de los jesuitas en Argentina desde 1973 hasta 1979, ha reclamado a los miembros de la Compañía que prosigan por el camino de la misión con plena fidelidad a su carisma originario. "Caminar juntos, libres y obedientes, caminar yendo a las periferias donde otros no llegan, bajo la mirada de Jesús y mirando el horizonte que es la Gloria de Dios siempre mayor, el que nos sorprende siempre", ha añadido.

Además, ha indicado que tanto la pobreza como la obediencia o el hecho de no estar obligados a cosas como rezar en comunión, "no son ni exigencias ni privilegios", sino facilidades a la movilidad de la Compañía. El Pontífice ha recordado que para san Ignacio caminar "no es un mero ir y andar" sino que se traduce en algo cualitativo, en "aprovechamiento y progreso", "ir adelante", "hacer algo en favor de los otros". "Si para algún lado se inclinaba la balanza en el corazón de Ignacio era hacia la ayuda de los prójimos", ha recordado.

Finalmente, ha comentado que las obras de misericordia no son algo abstracto "sino un estilo de vida, que antepone a la palabra los gestos concretos que tocan la carne del prójimo y se institucionalizan en obras de misericordia". "El Señor que nos mira con misericordia y nos elige, nos envía a hacer llegar con toda su eficacia esa misma misericordia a los más pobres, a los pecadores, a los sobrantes y crucificados del mundo actual que sufren la injusticia y la violencia", ha concluido.