El hombre que vendió su espalda tatuada a un coleccionista de arte

Noticias Cuatro 03/02/2017 17:59

Desde hace 10 años, Tim Steiner tiene una obra de arte en su espalda. El responsable de los tatuajes es el famoso artista belga Wim Delvoye – conocido por su polémico trabajo con cerdos-.

La idea de servir como lienzo humano embaucó a este antiguo gerente de un salón de tatuajes en Zúrich. Su espalda incluye golondrinas, niños jugando entre flores de loto o un cráneo de estilo mexicano. Unos tatuajes que el artista tardó dos años y 40 horas en terminar.

Posteriormente, en el año 2008, esta obra de arte fue vendida al coleccionista de arte alemán Rik Reinking por 150.000 euros.

Steiner, en declaraciones a BBC News, dijo que "el arte está en mi espalda, yo sólo soy el chico que lo lleva de un lado a otro". Y es que en la actualidad exhibe su espalda en galerías de arte, algo que no dejará de ocurrir aunque Steiner muera.

Al parecer, como la obra de arte pertenece al coleccionista alemán, en caso de fallecimiento se arrancaría la piel de la espalda de Steiner para poder seguir exponiéndola.

Una idea que, aunque pueda parecer que tiene tintes macabros, resulta tener una justificación histórica. Según Steiner "Es un concepto antiguo. En la historia del tatuaje japonés se ha hecho muchas, muchas veces. Si está bien enmarcado y se ve bien, no creo que sea una mala idea".

Asimismo, además de vender su espalda, Steiner firmó un trato en el que se comprometía a exponer su espalda al menos tres veces al año en galerías de arte.

Sin embargo, todo este asunto del lienzo humano sigue suscitando numerosos debates. Como afirma Steiner "las gente está muy interesada en la idea, pero también dicen que va demasiado lejos, están indignados o dicen que va contra los derechos humanos, porque piensan en hechos como la esclavitud o prostitución".

Su primera exposición tuvo lugar en Zúrich en junio de 2006, cuando aún el tatuaje estaba en progreso. 2016 fue el año de su décimo aniversario, razón por la que tuvo su exposición más larga en el Museo de arte antiguo y moderno (Mona) en Hobart, Tasmania, donde tuvo que trabajar cinco horas durante seis días a la semana a lo largo de un año.

"Sentarse en un escritorio, con las piernas colgando, recto y apoyado en las rodillas durante 15 minutos es difícil" aseguró Steiner a BBC News. "Hice esto durante 1500 horas y fue la experiencia más intensa de mi vida".

Cuenta que la gente no está acostumbrada a ver a una persona convertida en obra de arte y, aunque muchos le hablen o toquen para comprobar si realmente es una persona, él nunca se mueve ni contesta. Deja de ser Steiner para convertirse en la obra de Wim Delvoye.