Hunter Brady, de Hudson (Estados Unidos), empezó a encontrarse mal en noviembre con síntomas de debilidad y dificultad para respirar. Sus padres le llevaron al hospital donde le dijeron que tenía una gripe y le mandaron a casa con unas medicinas.
Según recoge People, días después como no se recuperaba, volvió al centro médico donde le hicieron una radiografía y descubrieron que tenía un linfoma de Hodgkin en etapa 4 y que se le había extendido por los pulmones.
“Nos dijeron que era la peor radiografía que habían visto de un niño”, relata la madre de Hunter, Cheryl Brady. Lo remitieron al hospital infantil St. Joseph’s en Tampa, ya que este contaba con un médico pulmonar, sigue explicando la madre.
Después de hacerle una biopsia le comunicaron que tenía el linfoma más agresivo de todos y comenzó un tratamiento de quimioterapia muy agresivo a principios de enero.
"Estaba en shock y muy asustado. Pero sabía que podría vencer esto, así que me mantuve positivo. Tenía mucha fe", asegura el joven.
Hunter cuenta con un 65% de probabilidades de sobrevivir al cáncer y ahora se encuentra en su casa siguiendo con el tratamiento. La familia también ha creado una página de crowfunding en el portal YouCaring.com para recoger fondos para ayudar con los gastos médicos que no cubre el seguro.