Natán Eismont, autor del proyecto y científico del Instituto de Investigaciones Espaciales de Rusia, explicó que están estudiando la posibilidad de poner en funcionamiento un cinturón de protección a unos 100.000-200.000 kilómetros de la Tierra. De llegar a ser real, sus componentes serán transportados mediante maniobras gravitatorias, asegura Eismont.
"Hay asteroides bastante baratos de transportar a esta órbita. Es decir, barato en términos del impulso necesario para cambiar su velocidad. Resulta que los asteroides cercanos a la Tierra no son tan pocos. Ya hemos podido encontrar una docena más o menos. Y habrá más, el número crecerá", aseguró en el transcurso de una conferencia internacional celebrada en EEUU.
El equipo de investigadores asegura que un asteroide sería capaz de cambiar la órbita de un objeto hostil, pues el impulso es mucho mayor que la potencia de combate de una nave espacial. Pero esta no sería la única utilidad de este cinturón de asteroides: más allá de su finalidad defensiva, puede tener un uso científico, la posibilidad de obtener periódicamente muestras de la superficie de los asteroides para su estudio.