Jasmine sólo tenía dos años cuando su madre decidió poner punto y final a su vida. Sonia Bellfield, de 31 años, es una mujer británica con problemas mentales que el pasado mes de febrero asfixió a su pequeña porque, según ha declarado, "me la iban a quitar". Días antes del crimen, los servicios sociales se personaron en el domicilio familiar y no observaron nada que pudiera presagiar el fatídico final. Ahora, la mujer, que intentó suicidarse con un cuchillo tras los hechos, permanece ingresada en un centro médico.
Dos días antes de la tragedia, los servicios sociales visitaron a Sonia Bellfield y a su hija Jasmine, de solo dos años, según publica el diario Daily Mail.
A pesar de conocer los antecedentes y la situación de la mujer que padece problemas mentales, los expertos no consideraron que la pequeña necesitase una intervención inmediata.
Las cosas cambiaron cuando visitaron el domicilio familiar por segunda vez, pero ya fue tarde. Cuando un equipo de psiquiatras y agentes de policía se personaron en la casa, encontraron a la pequeña asfixiada y a la madre con heridas que se había autoinfligido con un cuchillo de cocina.
Según se ha informado, Bellfield había dejado de tomar su medicación tres meses antes del crimen y no había acudido a un psiquiatra desde hacía tres años.
Ahora, la mujer permanece ingresada en un centro médico donde está siendo tratada de los problemas mentales que padece.