"Tenemos datos irrefutables de que se trata de otro montaje más y de que están implicados los servicios especiales de un Estado, que ahora anhela estar en la vanguardia de la campaña rusófoba", ha declarado Lavrov este viernes ante los periodistas, según la agencia Sputnik.
Lavrov ha explicado que los expertos rusos que examinaron el lugar donde supuestamente se produjo el ataque químico "no encontraron confirmación alguna" de que hubiesen utilizado gases tóxicos como el cloro. La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) iniciará este sábado su propia investigación.
Moscú considera que las denuncias internacionales buscan justificar un ataque como el que ha amenazado con perpetrar el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El Gobierno ruso se reserva el derecho de responder si sus ciudadanos se ven amenazados por una hipotética intervención.
Lavrov ha expresado su temor de que se repita en el caso de Siria escenarios como los de Libia e Irak, donde también se lanzaron ofensivas militares que no contribuyeron a la estabilización.