Tragedia sin fin. El verano no ha terminado y ya se hace balance de las vidas que se ha llevado el mar. Un mar que ha ejercido de verdugo y de tumba de miles de personas y ha revuelto las conciencias en todo el mundo. Y ayer, la denuncia más cruel, si cabe. La imagen del cuerpo de un niño de tres años ahogado en el mar. Era Aylan, que murió junto a su hermano de 5 años, Galip, y su madre, Rehan, de 35.
Pero el pequeño Aylan, refugidado sirio, es tristemente solo uno más de los doce, casi todos de la misma familia, que fallecieron este miércoles rumbo a la isla griega de Kos. Sus cuerpos sin vida aparecían en una playa turca. Iban con adultos, al menos 10. Ya ninguno puede contar su historia. Por eso la contamos por ellos.
Aunque no hay mucho que decir, ni que explicar porque Aylan no es el primer niño que muere ahogado mientras los países de la Unión Europea regatean sus cuotas de refugiados. No es la primera lancha de goma que se hunde con un pasaje que ha pagado por subirse a ella diez veces su valor. No es la primera playa repleta de hamacas que recibe una marea de cadáveres.
Sin embargo, la imagen de ese niño ha recorrido todo el mundo como un escalofrío sacando los colores a una Europa que no termina de encontrar solución para una de las crisis humanitarias más grandes de los últimos tiempos.
Le negaron asilo en Canadá
La familia del Aylan había estado intentando conseguir asilo en Canadá tras huir de la localidad de Kobani, en el norte de Siria y que durante meses estuvo controlada por Estado Islámico, según ha contado uno de sus familiares a un diario canadiense.
El padre de Aylan, , Abdulá, tuvo más suerte que sus dos hijos y su mujer, y fue , Abdulá, según ha informado el diario turco 'Sabah'.
"Escuché la noticia a las 5:00 horas de esta mañana", ha contado Teema Kurdi, hermana de Abdulá y residente en Vancouver, citada por el diario canadiense 'National Post'. Teema fue contactada por la esposa de uno de los hermanos de Abdulá. "Había recibido una llamada de Abdulá, y todo lo que dijo fue 'mi mujer y mis dos hijos están muertos'", ha relatado.
Abdulá, su mujer y sus dos hijos habían realizado una solicitud de asilo con apoyo privado ante las autoridades canadienses que fue rechazada en junio por complicaciones con las solicitudes desde Turquía, ha aclarado Teema.
"Yo estaba intentando patrocinarles, y mis amigos y mis vecinos me ayudaron con los depósitos bancarios, pero no pudimos conseguir sacarlos y por eso se subieron en un bote", ha precisado. "Yo incluso les pagaba el alquiler en Turquía, pero es horrible el modo en que tratan a los sirios allí", ha añadido.
Reacciones en Canadá
El ministro de Inmigración canadiense, Chris Alexander, ha interrumpido su participación en la campaña electoral para volver a Ottawa y responder a la crisis de los refugiados. Alexander ha explicado que se reunirá con autoridades para analizar el drama migratorio y, en particular, el caso de Aylan.
"La trágica foto del niño Aylan Kurdi y las noticias sobre el fallecimiento de su hermano y su madre han roto corazones en todo el mundo", ha asegurado el ministro en un comunicado.
El líder del Nuevo Partido Democrático, Thomas Mulcair, ha lamentado en un emotivo discurso que uno de sus diputados intentó ayudar a la familia a llegar a Canadá. "Esos niños podrían haber ido al colegio la próxima semana (...). Es un fracaso de la comunidad internacional, es un fracaso de Canadá", ha lamentado.
Las duras imágenes han sacudido al país norteamericano a mes y medio de que se celebren unas elecciones parlamentarias en las que el primer ministro, Stephen Harper, aspira a la reelección al frente de un gobierno conservador.
Alexander ha defendido este jueves que el Ejecutivo ya se había marcado como objetivo acoger a 23.000 refugiados iraquíes y 11.300 sirios y que, ahora, añadirá a 10.000 personas más vinculadas a "minorías étnicas y religiosas" de la región. El líder liberal, Justin Trudeau, ha pedido al Gobierno que acepte inmediatamente a 25.000 refugiados sirios.