Los participantes han reclamado la dimisión del gobernador del distrito de Nablús, Akram Ruyub, y el procesamiento y encarcelamiento de los responsables de la muerte, según ha informado la agencia palestina de noticias Maan.
La agencia ha indicado que los presentes en el acto han ondeado banderas de Al Fatá y del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), así como imágenes de Halaweh, quien era un alto cargo del brazo armado de Al Fatá, las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa.
Tras la muerte de Halaweh, detenido como sospechoso de un tiroteo en el que murieron dos policías palestinos, el primer ministro palestino, Rami Hamdalá, anunció la creación de un comité especial para investigar lo ocurrido.
Halaweh se convirtió así en el tercer palestino que muere supuestamente a manos de las fuerzas de seguridad tras el tiroteo. Naciones Unidas ha denunciado lo ocurrido como "una aparente ejecución extrajudicial".