Hariri adelanta que la semana que viene podría haber "avances" en la crisis política que atraviesa Líbano

EUROPA PRESS 29/11/2017 04:56

"Continuaremos con el diálogo existente durante los próximos días con apertura y talante positivo. Es un diálogo serio destinado a obtener soluciones serias para preservar nuestros lazos con todos los amigos árabes, especialmente en el Golfo", ha dicho.

Así, ha reiterado que Líbano necesita "una política real de disociación", apostando por "poner por encima de todos los intereses del país", según ha informado el portal local de noticias Naharnet.

"Por eso el diálogo en marcha se basa en esta postura, y estamos escuchando respuestas positivas de todas las fuerzas políticas. Quizá necesitamos más diálogo y, si Dios quiere, veremos la semana que viene el inicio de un avance", ha remachado.

Hariri amenazó el lunes con volver a dimitir de su cargo si el partido-milicia chií Hezbolá no acepta la tradicional política de neutralidad libanesa en relación con los conflictos regionales.

"No quiero en mi Gobierno un partido político que interfiere en los países árabes y contra otros países árabes", dijo, en una entrevista con la televisión francesa CNews. "Espero la neutralidad que pactamos para el Gobierno. No podemos decir una cosa y hacer otra distinta", argumentó.

El mandatario libanés advirtió de que existe "un gran problema" con Hezbolá "y también con Irán" por esta política de injerencia. "Líbano no puede resolver una cuestión como Hezbolá, que es una cuestión regional, aunque Hezbolá esté en Líbano, también está en Siria, en Irak... ¡En todas partes!", se lamentó.

"Es por culpa de Irán", apostilló Hariri, quien ha regresado a Líbano recientemente tras un periplo por Arabia Saudí y Francia después de la extraña dimisión que presentó el pasado 4 de noviembre desde Riad. La dimisión fue retirada a su regreso a Líbano.

Hariri ha definido la crisis política provocada por su renuncia como un "despertar" para las fuerzas políticas libanesas. Su inesperado anuncio provocó malestar en las autoridades libanesas, que sospechaban que había dimitido por la presión de Arabia Saudí y que estaba en arresto domiciliario en ese país.