Los 15 miembros del máximo órgano ejecutivo de la ONU "han instado al Gobierno maliense y a los grupos armados de la Coordinadora de Movimientos del Azawad y Plateforme a mantener los compromisos asumidos en el acuerdo de paz".
"El Consejo de Seguridad ha reiterado su determinación a considerar la imposición de sanciones contra quienes lleven a cabo acciones para obstruir la implementación del acuerdo de paz, así como contra quienes reanuden las hostilidades", ha subrayado.
También ha hecho un llamamiento concreto al Gobierno de Malí para pedirle que trabaje con el enviado especial de Naciones Unidas con el fin de "establecer un calendario" para evaluar los progresos en la aplicación del acuerdo de paz.
La crisis de Malí estalló con la revuelta tuareg de 2012 en la región septentrional, que rápidamente fue secuestrada por grupos yihadistas, lo que obligó al despliegue de tropas francesas y de una misión internacional.