Según las informaciones recogidas por el diario local 'Saudi Gazette', los peregrinos han iniciado los rezos en Mina, donde las autoridades han llevado a cabo tareas de vigilancia para evitar incidentes como los ocurridos hace cerca de dos años, cuando cientos de personas murieron en una avalancha.
La Dirección de Defensa Civil ha asegurado que han sido completados todos los procedimientos de seguridad para garantizar la seguridad de los peregrinos en Ararat, especialmente en los alrededores de la mezquita de Namira y en el monte de la Piedad.
Las autoridades han confirmado que peregrinos de 168 países han llegado a Arabia Saudí para participar en el 'haj', un deber que todos los musulmanes deben cumplir al menos una vez en la vida, siempre y cuando se lo puedan permitir tanto económicamente como por motivos de salud.
Los concentrados en Mina visten ropajes blancos para marcar un estado de pureza ritual, y algunos se han dirigido al monte Arafat, desde donde se cree que Mahoma dio su sermón final a sus seguidores.
Las festividades de Eid al Adha, conocida como la Celebración del Sacrificio --la más importante para los musulmanes--, arrancarán el viernes, cuando los peregrinos iniciarán tres días de rituales, el principal de los cuales será la 'Lapidación del Diablo'.
Este ritual se produce el tercer día de la peregrinación y consiste en el lanzamiento de siete piedras contra el mayor de los tres pilares y que simboliza al diablo. Dado que este era uno de los puntos más peligrosos de todo el proceso, en 2004 se optó por cambiar los pilares por largos muros con una zona que recoge las piedras a sus pies.
Arabia Saudí ha resaltado que este año las medidas de seguridad han sido incrementadas para evitar incidentes como los de 2015, que dañaron en parte su reputación como país encargado de organizar la peregrinación y lugar en el que se encuentran los dos lugares más santos del Islam --La Meca y Medina--.
La avalancha de 2015 se saldó con la muerte de cerca de 800 peregrinos, según los datos oficiales facilitados por Riad, si bien los recuentos por países donde fueron repatriados los cadáveres situó el balance por encima de los 2.000, entre ellos 400 iraníes.
Después de la citada avalancha, Teherán boicoteó en 2016 la peregrinación alegando motivos de seguridad, si bien Riad achacó a Teherán la situación debido a lo que describió como unas demandas excesivas. Este año se espera que acudan unos 90.000 iraníes a la celebración del 'haj'.