El acuerdo ha sido alcanzado en una reunión de los responsables de Interior de cada una de las regiones. El ministro del Interior nacional, Thomas de Maiziere, ha confirmado que ahora realizarán una nueva revisión sobre seguridad para determinar si los sirios condenados o aquellos considerados un peligro pueden ser expulsados.
La cuestión de las deportaciones es un tema controvertido en un país que registró en 2015 la entrada de más de un millón de solicitantes de asilo. Muchos de ellos no han visto aprobada su petición, por lo que podrían ser devueltos a sus países de origen.