“Estaba en el paraíso. No pensé en si me abrazaba o no”, ha explicado Vinicio Riva, un italiano de 53 años que sufre una enfermedad genética, heredada de su madre, que le cubre todo el cuerpo de pequeños tumores dolorosos.
“Mi enfermedad no es contagiosa, pero él no lo sabía y me acarició por toda la cara…sentí su amor”, ha explicado Riva en declaraciones al diario Daily Mail. “creí que el corazón se me salía del pecho”, ha sentenciado.
“Él bajó del altar para ver a los enfermos y me abrazó sin decir una palabra”, ha contado. "Estaba completamente en silencio, pero a veces se puede decir más cuando no dices nada”, ha añadido Riva.
“Me abrazó. Mi cabeza estaba contra su pecho y sus brazos me envolvieron. Duró poco más de un minuto, pero a mí me pareció una eternidad”, ha narrado.
Riva sufre heridas por todo su cuerpo, especialmente en las piernas, y cada mañana se despierta con la camiseta cubierta de sangre. Hasta los 15 años Riva vivió sin complejos. Fue entonces cuando comenzaron a salirle los tumores por todo el cuerpo.