Según fuentes sindicales, el 95% de los trabajadores consultados en esta primera fase de protestas, que incluye a los empleados de mantenimiento y seguridad del banco central, ha apoyado la convocatoria de huelga durante cuatro días a partir del próximo 31 de julio.
La decisión de ir a la huelga responde a la propuesta de limitar la subida salarial de la plantilla de trabajadores de la institución al 1%, un alza muy por debajo de la inflación, que el pasado mes de mayo alcanzó el 2,9%, su nivel más alto en cuatro años.
"Mark Carney necesita poner en orden su propia casa", declaró Mercedes Sánchez, responsable regional de Unite, señalando que el gobernador del BoE "ya no puede cerrar los ojos ante lo que está ocurriendo en su propia parcela".
En este sentido, Unite reclama que el Banco de Inglaterra regrese a la mesa de negociaciones para discutir el pago de un sueldo justo para sus empleados y advierte de que si no se zanja esta disputa salarial el sindicato consultará a sus afiliados en otros departamentos de la institución como parte de un plan para escalar la dimensión de la protesta.