El Ibex 35 ha suavizado levemente su caída. A media sesion se situaba en los 2,40% y se manetiene por encima de los 8.100 puntos. Así, aunque aminora las pérdidas del inicio de la jornada sigue lastrado por las dudas sobre Grecia y la rebaja de previsiones de crecimiento de España. La prima de riesgo de España empieza a relajarse hasta los 337 puntos básicos. La tónica bajista se extiende también al resto de plazas europeas.
Después de que Europa aceptara ayer el plan de Grecia pero retrasara la sexta entrega de ayuda de 8.000 millones y el reconocimiento de que no cumplirá con los objetivos de déficit público han llevado a extender el miedo al impago griego por el Viejo Continente.
El Ibex 35 cedía un 2,40% a media sesión, con lo que aminoraba las pérdidas del inicio y le está sirviendo para resistir en la cota de los 8.100 enteros.
En un día en el que además se conocía que el paro volvió a subir en septiembre, en casi 100.000 personas, ningún valor ha logrado escapar de los recortes a la par de las caídas de los dos grandes bancos. BBVA perdía un 2,7% y Santander, un 2,2%. Bankia, que se estrenó ayer en el selectivo, se mantenía en terreno negativo, con descensos del 1,47%.
Sacyr Vallermoso se dejaba un 6,99%, con lo que encabezaba las caídas, seguido por Gamesa (-5,41%), IAG (-5,22%), Ferrovial (-4%) y Acciona (-3,44%).
En el mercado de deuda, la prima de riesgo española se mantiene en los 337 puntos básicos, mientras que la italiana escala a los 377 puntos.
La tónica bajista se extiende también al resto de plazas europeas. El Dax alemán lidera las pérdidas con un recorte del 3,12%, seguido del Cac 40 de París (-2,42%) y el Footsie 100 de Londres (-2,27%).
En el mercado de divisas, el euro recupera posiciones frente al dólar y a media sesión el cambio entre las dos monedas se situaba en 1,3194 'billetes verdes'.
Los inversores están atentos hoy a la reunión de los ministros de Economía de los 27, que discutirán si la Unión Europea (UE) puede poner en marcha un plan de estímulo limitado, a cargo de países como Alemania, Suecia o Finlandia, para impulsar el crecimiento y evitar que los ajustes puestos en marcha para frenar la crisis de deuda ahoguen la recuperación.