Esta semana, en las fotografías de los espectadores, Carmen Porter ha analizado unas instantáneas cuanto menos perturbadoras. En este caso se trata de una pareidolia provocada por el sol, pero que dejó al espectador sin aliento. Por otro lado, ¿cómo puede la escultura de un santo tallada en 1541 llevar unas gafas puestas? Tenemos la prueba.