“No hay que hacer ningún drama, es la vida”, son las primeras palabras que Jesús Calleja dice cuando Risto pone sobre la mesa el tema de la muerte de su hermano. El aventurero no acudió al funeral porque quería recordar a su hermano con la alegría que le caracterizaba. Y porque “las ceremonias que hacemos aquí en occidente me parecen tremendamente tristes. No quería pasar por ese trauma social”. Jesús hace una reflexión sobre la muerte y los rituales de despedida que no tienen ningún desperdicio.