Mucho se ha comentado eso de que Carmen Lomana “dio un braguetazo” al casarse con un nombre rico y lo cierto es que la realidad dista mucho de esto. La empresaria asegura que Guillermo y ella no tenían de nada cuando se casaron y cuenta cómo se conocieron en un club de jazz. Aunque lo más llamativo de esta conversación es cuando confiesa que su marido “era muy de izquierdas, muy rojo” y que ella se inventó que trabajaba en una casa para ligárselo además de “hacerse la izquierdista”.