La víctima es una mujer japonesa que parece que sufrió una puñalada, pero el forense matiza: “Sí que es un cuchillo, pero no una puñalada. La herida se produjo al lanzarlo contra el pecho, diseccionando al instante la arteria”. Castle ya se emociona pensando en un caso circense: “¡La mato el gran Lanzadini!”.