Ya estamos en el Caúcaso. Tierra de bellezas naturales y también de grandes conflictos

cuatro 06/08/2007 09:56

Estimados Amigos, después de tres semanas que regrese del Kilimanjaro, ya estoy en un nuevo Desafío Extremo, que como sabéis consiste en un proyecto, en el que tengo que escalar las 7 montañas mas altas de los 7 continentes, escalar al menos dos de los picos de mas de 8.000 metros y que sean complicados (Everest y Lhotse), llegar caminado al Polo Norte, y correr en moto los dos rallyes más duros del mundo (Faraones y Dakar).

Ahora me encuentro en Rusia, concretamente en la República de Kabardino-Balkaria, para escalar la montaña más alta de Europa: el Elbrus con sus 5.642 metros de altitud.

Está situada en el centro de la cordillera del Caúcaso, que con sus 1.400 Km de longitud y 180 de ancho separan de una manera natural Europa de Asia. Es destacable señalar que el Elbrus se encuentra entre los mares Caspio y Negro, limitando al sur con las Repúblicas de Georgia y Azerbaiyán, donde sin duda es uno de los puntos más calientes del planeta, debido a los continuos problemas y recientes guerras con sus vecinos los georgianos

Sólo del Elbrus se encuentra documentación y algún mapa con poca información, del resto de la gran cordillera del Caúcaso, así como de estos valles, apenas hay información, y esta dentro de la Rusia misteriosa. Estamos en un remoto lugar, al que hemos tardado más de 24 horas en llegar, a pesar de no estar demasiado alejado de España, pero las comunicaciones son escasas, y hay que recurrir a los pocos y maltrechos trasportes rusos. Concretamente el último vuelo lo hicimos en un antiquísimo avión Tupolev, que cuando entramos, la sensación que me dio es la de retroceder en el tiempo mas de 50 años. La decoración del aparato para que os hagáis una idea era similar a la de esas películas españolas con las que se criaron nuestros padres y que he visto alguna vez en “cine de Barrio”. Este Tupolev despegó con tal ruido que era prácticamente imposible comunicarnos mi hermano y yo, estando sentados en la misma fila. Así y después de unas horas de vuelo llegamos a un lugar traducido del ruso “aguas Termales”, y desde allí hasta un pueblecito a las faldas del gigante Elbrus que se llama Terksol, que es desde donde os escribo esta crónica.

El lugar parece sacado de una de esas fotos idílicas del más hermoso valle de los Alpes Suizos, pero desde mi punto de vista más hermoso y espectacular, rodeado de grandes montañas por todas partes. Picos de más de 4.000 metros de altura surgen por todos lados, y sin dudarlo el que acapara toda la atención por derecho propio es el Elbrus que destaca sobre el resto de las montañas de la cordillera Caucasiana en más de 1000 metros.

Lo que se supone tenía que ser un bonito pueblo que acompañara el paisaje, pues¡ no ¡, es un desvencijado pueblo estilo la Rusia decadente, donde todo está roto o le falta muy poco. Por poneros un ejemplo, estamos alojados en uno de los mejores hoteles (está la selección rusa de boxeo entrenándose), y cuando entras, es absolutamente lúgubre: alfombras repeladas, ausencia de cualquier ornamentación. Las habitaciones disponen de dos camas por llamarlas de alguna manera, pues son minúsculas, al igual que el 1.50 metros de las sábanas y mantas, que para dormir hay que hacerse un ovillo, pues sino es imposible ni meterse en la cama y menos taparte del fresco de la noche; para rematar se nos han clavado los jodidos muelles del colchón por todo el cuerpo, dejándome literalmente las marcas por toda la espalda de los círculos oxidados y rugientes muelles. Para rematar cuando me siento en la taza del váter para hacer lo mío, te acompaña sin tregua una maldita gotera de agua helada que se ha empeñado en mojarme los calzoncillos. Tengo que escoger, si me los mojo o “cago”

En fin estamos en la Rusia olvidada que nada tienen que ver con Moscú o San Petersburgo.

Lo que si somos conscientes es que estamos en una región muy inestable, donde se han sucedido recientemente graves acontecimientos con una guerra muy dramática con los georgianos, que se encuentran a pocos kilómetros de nosotros, y toda la zona esta fuertemente militarizada.

Pero nosotros hemos venido a escalar el monte Elbrus. Una montaña no demasiado técnica, pero muy dura y peligrosa.

Estar atentos que en solo dos días os seguiré informando, pero ya metidos en faena, pues estaremos en un refugio a 4.100 metros de altitud ..

Por cierto me acompañan esta vez cinco buenos amigos y excelentes escaladores: Emilio Valdés mi cámara, Kike mi hermano, y mis amigos Jesús López, Nacho Vidal, y Manuel Caballero que iréis conociendo mas adelante.

Jesús Calleja desde un remoto lugar, frontera de Europa con Asia.