Duna y Rocky han entrado en Cádiz por la puerta grande, y nunca mejor dicho. Duna se ha quedado alucinada con Pablo, el dueño de Chilla y cuando han ido a darse dos besos, sus perros les han rodeado y han hecho que Duna callera al suelo. Ha salido ilesa y además ha conquistado a Pablo. ¡Le ha salido todo redondo!