¿Un error judicial? Las preguntas sin respuesta en el doble crimen de Almonte, donde un padre y una hija recibieron 151 puñaladas

El doble crimen de Almonte, en 'Código 10'. cuatro.es
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La justicia sigue sin dar con el asesino del doble crimen de Almonte, uno de los más macabros que se recuerdan en la historia negra del país. El 27 de abril de 2013, Miguel Ángel (38 años) y su hija María (7 años) fueron asesinados con 151 puñaladas.

Eran días de fiesta en la ciudad onubense cuando, en la parte más residencial de la localidad, una vecina escuchó los gritos de una niña. La mujer también compartió con su hermano los golpes que escuchaba desde su casa. A las 22:04 horas de la noche habían recibido una brutal paliza a manos de una persona que no forcejeó la cerradura de la casa familiar.

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Quince días antes del macabro episodio -que hemos analizado en 'Código 10'- Miguel Ángel se separó se Marianela, madre de la menor. Ambos acordaron compartir la custodia de la menor, y cada fin de semana se quedaban uno de los progenitores con ella. Ese sábado le tocaba a su padre, que pensó en ir a una pizzería a cenar.

Así que se metió en la ducha después de que un amigo fuese a su casa a ver un partido de fútbol. Este se marchó antes de que acabase el juego. Lo que no se esperaba es que ese plan no iba a poderlo realizar, ni desgraciadamente, ninguno más para el resto de su vida, como la menor que estaba a punto de cumplir 8 años.

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El abuelo de la menor encontró una escena de pánico

Marianela, al ver las llamadas sin respuesta, le pidió a su padre que se acercase al domicilio dos días después. Fue el abuelo de la cría la que descubrió una de las peores escenas que recordarán los agentes que también la vislumbraron. El hombre vio a Miguel Ángel y a María sin vida en su casa, alrededor de un reguero de sangre. Inmediatamente, dio el aviso a los agentes, que se desplazaron al domicilio.

La policía científica estuvo recabando pruebas durante tres días en la vivienda y, al mes, los restos de ADN en una toalla hicieron que se tuviese sospecha de un primer individuo. Fran, la pareja sentimental de Marianela tras su ruptura, fue detenido por esas huellas.

Las versiones de la madre de la menor y expareja del asesinado

Estuvo más de 3 años en prisión, hasta que en el año 2017 la Justicia lo declaró no culpable del asesinato. La decisión estuvo marcada por la alegría de su entorno y por el disgusto y frustración de la familia de la víctima, incluida la propia Marianela.

Si en un primer momento una de las protagonistas de la historia aseguró que Fran no tenía nada que ver con el crimen, más tarde su versión cambió asegurando que existían celos por parte del hombre. Aún así, los jueces consideraron que era imposible que el hombre hubiese salido de su puesto de trabajo para matar al padre y a su hija y luego volver al supermercado del que era empleado pasadas las 10 de la noche. Además, Fran argumentó que los restos de ADN en su toalla podrían haber sido transferidos desde el cuerpo de Marianela, quien la estuvo usando hasta dos semanas antes de la terrible escena.