UGT y su secretario general, Cándido Méndez, están en el centro de la diana. El juez Santiago Pedraz ha admitido una denuncia de Manos Limpias que acusa al sindicato de financiarse irregularmente con los cursos de formación que imparte por todo el país.
Méndez, que tiene el apoyo del líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, se ha defendido argumentando que se trata de un “ataque en toda regla sin justificación y que su actividad es intachable y transparente”.
El sindicato se enfrenta a una denuncia por los delitos de falsedad documental, estafa, malversación de fondos públicos, apropiación indebida y delito contra la Hacienda pública.