Análisis de NBA 2K22: el espectáculo vuelve a la cancha y fuera de ella

  • El simulador de baloncesto de 2K Sports sigue siendo la mejor experiencia de basket en consolas y Pc

  • Tenemos algunas pegas pero suelen ser las que arrastra la saga desde hace años

Desde hace unos pocos años pulsar el botón de start en la pantalla de inicio de NBA 2K es como lanzar una moneda al aire. Con la peculiaridad que en este caso sabes que van a volver a salir las dos caras. La única duda es cual de los lados va a predominar más este año. Si la cosa va bien, la inalcanzable jugabilidad, la ambientación y la sensación que el juego deja dentro de la cancha predominará sobre esa otra cara en la que se encuentra la escasez de modos, los imperdonables fallos de conexión y la inexplicable monetización que la serie ha sufrido año tras año en forma de esos dichosos sobres que han invadido prácticamente todos los juegos deportivos. Si te apetece saber en qué rango se encuentra este NBA 2K22, sigue con nosotros.

Como NBA 2K22 es miembro de una familia que lleva años con nosotros, y a la que tenemos especial cariño, vamos a empezar por lo que nos gusta. Visual Concepts quiere hacer -y lleva años consiguiéndolo- el mejor juego de baloncesto que podemos encontrar. Por el camino, a lo largo de todos estos años, ha dejado en ridículo a cuantos rivales han intentado quitarle el balón de las manos.

El mejor simulador de baloncesto

Año tras año ha dominado la cancha con una superioridad insultante, y eso es porque NBA 2K se ha ganado a pulso ser una de las franquicias más longevas en el campo de los videojuegos. 23 entregas no están al alcance de cualquiera, y es que desde aquel lejano debut a finales del siglo pasado en la maravillosa Dreamcast han pasado la friolera de 22 años. Muchos de los que hoy son jugadores habituales aún no tenían edad para sostener un pad entre las manos, y aunque ha habido años mejores y otros peores, la calidad de la saga ha sido una constante.

En el caso concreto de NBA 2K22 volvemos a tener dos aspectos bien separados. Por un lado tenemos el baloncesto, el partido, el momento desde que el balón echa a rodar. Ahí NBA 2K22 vuelve a exhibir su poderío y a demostrar que está en plena forma. La presentación de los partidos, con jugadores saltando a la cancha y variando esta misma presentación dependiendo de la importancia del partido, el ambiente del estadio, con fans gritando o abucheando cuando toca, los entrenadores desgañitándose en la banda, los compañeros celebrando o lamentando nuestras acciones.. en todo eso esta entrega vuelve a brillar con luz propia, y lo mismo podemos decir del baloncesto en sí, que como dijo Pepu Hernández, en manos de NBA 2K se convierte en BA LON CES TO.

Y es que, en lo que se refiere al partido, el juego ha hecho cambios fundamentales que vuelven a hacer que la franquicia de un paso al frente en este sentido. Las quejas de la comunidad sobre el peso individual de los jugadores estrella en el devenir del encuentro han sido escuchadas. Visual Concepts ha puesto mucho empeño este año en el juego colectivo, algo que los europeos apreciaremos más que nuestros amigos de más allá del Atlántico.

Los cambios tanto en defensa, potenciando esta y obligándonos a buscar mucho más que antes al jugador abierto, como en su renovado sistema de tiro al que ahora le afecta también el cansancio del jugador, hacen que en general el juego sea un poco más pausado y menos alocado que en anteriores entregas. Por supuesto esto no quiere decir que no vayamos a poder hacer jugadas espectaculares, pero incluso esto, con un nuevo añadido que nos pide pulsar el botón en el momento exacto después de intentar un mate espectacular, se ha retocado en pos del realismo.

Quizá la única pega que se le puede poner a esta inclinación defensiva de la plantilla es la facilidad con la que todos los jugadores, y no hablamos sólo de tipos como Dwight Howard, son capaces de taponar al alero más pintado. Quizá con próximos parches este exceso de pinchos de merluza se equilibre y perfeccionen una jugabilidad que ya es excelsa.

Modos de juego y más allá de la cancha

Por lo tanto, si NBA 2K22 fuese simple y llanamente un simulador de baloncesto, estaríamos ante un juego prácticamente perfecto. Pero como representante de la liga más seguida del mundo, y siendo el mejor simulador deportivo del mercado, se le pide algo más. Y este plus viene dado con sus modos de juego, sus dos estrellas Mi Carrera y Mi Equipo y algunos (pocos) más.

Estos dos primeros tienen una inclinación muy marcada hacia el lado online del juego, y su potenciación a lo largo de estos años, y por lo tanto la dejadez en el resto de modos, dejan claro que la intención de Visual Concepts es abandonar cada vez más el juego offline, algo que para muchos entre los que me incluyo es un error de bulto. Se puede disfrutar mucho con el juego online, pero no me gusta nada que me priven de mis partidas contra la CPU en mis momentos de relax. NBA 2K siempre ha sido un buque insignia en este aspecto, su IA ha mejorado año tras año -también en esta entrega- para exigir a los jugadores buscar formas de abordar las jugadas y los partidos que acaben con un número más en nuestro marcador que en el del oponente. Pero la sensación que arrastramos desde hace unas cuantas entregas es que a 2K Sports sólo le importa el modo online, algo que nos entristece, y que obedece a motivos muy claros de rentabilidad.

Los dichosos micropagos

Efectivamente, vamos a hablar otra vez de los micropagos. Si has leído análisis de otros años en los que se habla a este respecto, esto te va a sonar repetitivo, pero es que hasta que Visual Concepts no cambie la manera de abordarlo, no nos queda más remedio que repetir lo mismo un año tras otro. A este respecto no está de más recordar que para jugar a NBA 2K22 hay que pasar por caja.

Los setenta euros de precio recomendado deberían ser suficiente para dejarnos jugar tranquilos, y es que la excesiva publicidad y la abusiva monetización de los modos de juego principales nos dejan la sensación de que estuviéramos ante uno de esos juegos gratuitos que todos tenemos en el móvil. Se puede entender algo de contenido de pago, pero lo que está haciendo 2K Sports con su título estrella lleva un camino tortuoso y le puede costar caro en un futuro no muy lejano.

Mi Carrera y MyTeam

Hemos mencionado hace un momento los dos modos más importantes del juego, y son en los que vamos a centrar el análisis. El primero de ellos es ya un clásico, y siempre se centró en el juego individual en su máxima expresión. Crear un jugador, desarrollarlo a través de la historia que VIsual Concepts nos contaba y llegar a lo más alto de su carrera es algo que vimos en su máxima expresión con la edición de 2K16, que contó con guión de Spike Lee para un modo que en lo personal siempre ha sido mi favorito. En los años siguientes se tomó la decisión de ampliar ese modo haciendo que el jugador se pudiese mover con libertad primero por un barrio y ahora por una ciudad completa.

Hay que hacer un énfasis especial en apreciar el esfuerzo que Visual Concepts pone en traernos algo distinto. Lo primero que debemos hacer es crear nuestro personaje, usando el creador más potente de la saga no tanto en el aspecto visual -prácticamente idéntico al del año pasado- como en el aspecto deportivo, que nos va a permitir crear cualquier tipo de jugador que se nos ocurra. Una vez hecho esto, tenemos la posibilidad de explorar nuestra ciudad.

Seguramente no nos sorprenda demasiado en su concepto global, al fin y al cabo es una versión más grande y con más zonas del barrio, pero los cambios introducidos en la manera de presentarnos la historia sí son notables. Esta vez deambulamos por la ciudad buscando misiones principales o secundarias, que nos permitirán mejorar nuestro jugador y progresar en la historia. Esto tan clásico de los sandbox ha sido introducido por primera vez en un juego deportivo, y no conviene olvidar que NBA 2K22 es en esencia un juego de baloncesto.

Por supuesto que este modo tiene muchos fallos todavía. Gráficos que no hacen justicia a la generación en la que estamos, tiempos de carga para los que ya no hay excusa y fallos de conexión que se repiten un año tras otro. Esto, sumado a la enorme cantidad de luces y neones, la dichosa monetización y la publicidad patente en cada esquina hacen que este modo luzca menos de lo que debería, pero muestra todo su potencial que esperamos se explote en futuras entregas. Algo que a mi gusto deben mejorar y se puede hacer fácilmente es la ambientación. No se entiende bien como un juego que cuida tanto el detalle en este sentido en los partidos, sea el desastre que es fuera de la cancha. La ciudad es algo irreal, con neones por todas partes y llega a hacerte creer que estás en un parque de atracciones más que en una ciudad cualquiera.

Respecto al otro modo estrella, MyTeam (antes Mi Equipo), la solución por la que ha optado 2K Sports es la de la continuidad. Podemos respetar esa decisión, puesto que es un modo que funciona bien, si no tenemos en cuenta los micropagos y la publicidad pertinente, y sigue siendo más de lo mismo, en el mejor de los sentidos. Contamos con los modos que ya conocemos, Dominación, Triple Amenaza etcétera, a los que se suma el nuevo modo Draft, solo disponible online y en el que nos enfrentaremos en series de partidos con jugadores de sobres aleatorios. Siguendo con el modo online, la triple amenaza añade una característica, además de cambio de nomenclatura, donde se nos insta a recibir la menor cantidad de puntos posible para conseguir recompensas mayores. Pocas novedades para un modo de juego que es cierto que no las necesita, pero que va agradeciendo un lavado de cara.

Del resto de modos, no hay mucho que contar, pero sí queremos alabar la inclusión una vez más de la WNBA y en especial de su modo The W. Un modo historia aparte del principal en el que crearemos una jugadora para llevarla a lo más alto de su carrera. Un modo carrera alternativo, más sencillo que el masculino y que puede calmar nuestras ansias de precisamente eso, crear un personaje, mejorarlo y llevarlo a la cima, con sencillez, sin tanto neón y sin tanto micropago. Una agradable sorpresa para los que disfrutamos con este tipo de modos de juego.

En definitiva...

NBA 2K22 es un juego en esencia divertido, que te va a hacer disfrutar de cada partido como nunca lo has hecho, o casi mejor, como lo has hecho siempre. Esto debería ser suficiente para un videojuego, pero a una franquicia que lleva tantos años entre nosotros hay que pedirle más. Y en ese “algo más” es donde 2K Sports vuelve a fallar. La abrumadora cantidad de publicidad, la obligación de pasar por caja otra vez con los micropagos si quieres tener alguna oportunidad de competir online en cualquiera de sus modos y los fallos que lleva arrastrando durante las últimas temporadas empañan lo que de otra forma sería un juego inmejorable. Lo bueno de esto es que 2K Sports tiene margen de mejora, pueden recapacitar y volver al camino del que se salieron buscando el máximo beneficio. Entendiendo que están aquí para hacer dinero, quizá un poco de discreción a la hora de pedirlo sería bienvenida.