Análisis de System of Souls: puzzles para sobrellevar una distopía cibernética

  • System of Souls es un competente juego de puzles que nos recuerda mucho a títulos como Portal

  • Un juego con una interesante historia futurista y con un importante mensaje medioambiental

  • Creado por el estudio malagueño Chaotic Lab, bajo el programa de Playstation Talents

Da gusto poder seguir probando propuestas creadas por estudios españoles noveles, casi cada semana, dejando claro que cada vez son más los juegos ‘made in Spain’ que consiguen llegar al mercado, desde cualquier punto de nuestra geografía y con cada vez mejores ‘mimbres’ en cuanto a calidad y originalidad. En esta ocasión, otra vez, tenemos que hablar de un proyecto nacido bajo el paraguas de PlayStation Talents, la productiva incubadora de proyectos independientes de PlayStation España.

Systems of Souls es la ópera prima del estudio malagueño Chaotic Lab que ha lanzado este título para PS4 (compatible con PS5) y PC gracias al apoyo de PS Talents, la Escuela Superior de Videojuegos y Arte Digital (EVAD) y la Fabrica del Videojuego de Málaga. Un juego de corte futurista que se centra en la resolución de puzles con una perspectiva en primera persona, algo que nos ha traído a la memoria, de manera irremediable, a la saga Portal de Valve.  

Almas enlatadas

La historia de System of Souls es uno de sus puntos fuertes, ya que nos sitúa en un futuro no muy lejano, en el que los humanos hemos sido capaces, sin demasiado esfuerzo, de convertir la Tierra en un planeta prácticamente inhabitable. Pero el avance de la tecnología, en manos de las corporaciones más ricas, ha conseguido llevar a los humanos a un paso más allá de la evolución, logrando extraer la conciencia (y el alma) del cuerpo mortal y conseguir almacenarla en un sistema informático, para después colocarla en un contenedor conforma de androide. Así, esta élite económica intenta salvar a la humanidad.

Nuestro protagonista es un humano que acaba de despertar por primera vez fuera de su cuerpo biológico, con la memoria completamente borrada, sin saber cómo ha llegado a estar en esta situación. Nuestros primeros pasos dentro de nuestro nuevo contenedor de metal serán duros, pero una inteligencia artificial llamada Aura nos guiará para que nos hagamos con los controles más básicos de nuestro cuerpo de androide. Estos primeros controles servirán de tutorial para adquirir las habilidades necesarias para avanzar en el juego: movernos, saltar, activar mecanismos y utilizar nuestro brazo mecánico derecho (el único que vemos) para recoger y soltar cajas de distintos tipos (cercanas o a distancia) y utilizar una especie de gancho de plasma que nos permitirá colgarnos y balancearnos para alcanzar plataformas altas o lejanas.  

Con estos sencillos controles tendremos que superar unos primeros puzles muy sencillos a través de varias salas que completarán el tutorial del juego. Tras él, comenzará la verdadera aventura y conoceremos un poco más de la historia general del título. La conciencia humana de nuestro protagonista está encerrada en una carcasa último modelo denominada ‘L-064N’, mientras nuestro maltrecho cuerpo (con heridas incompatibles para la vida) se mantiene conectado y custodiado en las instalaciones de ION, la gran empresa neurotecnológica que nos rescató de un terrible accidente. Encerrados en estas instalaciones, Aura nos anima a superar una serie de pruebas que irán reconectando neurotransmisores de nuestra conciencia para provocar la recuperación de nuestra memoria. Así, pasando de sala en sala (resolviendo sucesivos y cada vez más complejos puzles) iremos ganando recuerdos que desvelarán nuestro pasado, a la vez que las intenciones de esta misteriosa corporación.

Sólo desvelar estos misterios ya son aliciente suficiente para enfrentarnos a estos puzles que propone el juego. Y es que tengo que reconocer que el guion del juego me ha enganchado, sobre todo por cómo van encajando las piezas del puzle gracias a los recuerdos recuperados, las conversaciones con otros droides de las instalaciones y las conversaciones con Aura. Toda la historia rezuma un importante mensaje de protección medioambiental pero además toca temas clave como el reparto de la riqueza, la desigualdad, el mito de la meritocracia, la voracidad del sistema capitalista…

Cargando cajas y resolviendo puzles

Pero para avanzar y desvelar los misterios que encierra la historia de System of Souls hay que superar habitaciones abriendo sus correspondientes puertas. Y para ello hay que activar diferentes interruptores recogiendo y transportando cajas, una tarea sencilla que se irá complicando, puerta tras puerta, consiguiendo puzles verdaderamente enrevesados y que nos llegarán a dar algún dolor de cabeza.

Los controles son sencillos y funcionan relativamente bien, los saltos son precisos y la resolución de los puzles suele ser casi siempre una cuestión de cabeza, más que de habilidad con los mandos. Casi todo se reduce a agarrar algunas cajas y situarlas sobre los interruptores correspondientes, lo que hará que se abra la puerta a la siguiente habitación. Para ello se mezclan y complican variables como que las cajas azules pueden recogerse desde la distancia, pero las rojas necesitan que las recojamos desde cerca y las limitaciones de movimiento de nuestro cuerpo robótico que requerirá utilizar el entorno: activar plataformas móviles, abrir compartimentos cerrados, utilizar plataformas que nos impulsan en el aire o las llamadas ‘flores de plasma’ donde podemos hacer uso de nuestro gancho de plasma que nos hace balancearnos en el aire.

En general, los puzles son entretenidos y van ganando en tamaño y complejidad, sin una dificultad demasiado elevada. Algunos nos han resultado más evidentes y aburridos, pero tenemos que decir que con algunos otros hemos disfrutado de lo lindo por lo enrevesados que llegaban a ser. Es cierto que hacia la parte final (el juego puede completarse en unas tres horas) algunas mecánicas comienzan a resultar algo repetitivas.

A nivel técnico hay que decir que el juego va algo justito, con unos gráficos algo pobres en detalles, aunque su diseño minimalista de salas de ‘laboratorio’ ayuda a la sensación de que con este nivel de gráficos le va bien. Aunque la paleta de colores elegida casi nos produce un ataque epiléptico en ocasiones. No hemos encontrado demasiados bugs o problemas técnicos, lo cual es de agradecer y demuestra que el proceso de testeo y revisión ha sido meticuloso. El apartado sonoro se lleva otro pequeño tirón de orejas, sin una banda sonora recordable y, sobre todo, notando la carencia de voces. El juego cuenta con demasiados textos que estamos obligados a leer en pantalla. Hubiéramos preferido escuchar a Aura, aunque fuera en inglés.

En definitiva…

Un primer videojuego más que correcto, que roza el bien alto, de los chicos de Chaotic Labs. Nos hemos enamorado de la historia que cuenta y de los temas políticamente incorrectos que aborda con este guion distópico y futurista tan atractivo. El gameplay es entretenido y funciona al a perfección. Es cierto que a nivel técnico no destaca demasiado, pero se nota que ha habido mucho trabajo y amor en el proceso. Otra buena noticia del desarrollo nacional.