La tranquilidad y el zen del Santuario Meiji, la otra cara de Tokio

  • Antes de entrar es imprescindible realizar un ritual de purificación con agua

Tokio es una ciudad contrastes. Las concentradas calles llenas de gente, tiendas y luces de neón son solo una muestra de la cultura japonesa pues en el Santuario Meiji se encuentra la serenidad y tranquilidad que de vez en cuando la ciudad echa en falta.

El Santuario Meiji se construyó en el siglo XX y está dedicado al emperador Meiji, quien contribuyó a la apertura de Japón. Se trata de una gran área que rodea 700.000 metros cuadrados y todo Japón dio donativos de plantas y árboles para construirlo, como consecuencia, tiene una gran diversidad vegetal, consta de más de 300 especies de árboles y plantas. Antes de entrar es imprescindible realizar un ritual de purificación con agua.