Más de 2.000 kilómetros separan la península ibérica de las islas afortunadas. En este segundo viaje de ‘Viajeros Cuatro’ nos vamos hasta La Palma, un paraíso natural al que todos conocen como ‘La isla bonita’. Los tonos pastel de su capital se mezclan con el azul intenso del océano Atlántico, un lugar donde perderse sin tiempo ni rumbo.
A 2.426 metros de altura nos espera un blanco mar de nubes, ‘El roque de los muchachos’, el pico más alto de la isla y donde es imprescindible mirar hacia arriba, para disfrutar de un vista excepcional de la vía láctea, y hacia abajo, hacia la caldera de Taburiente, uno de los mayores cráteres de erosión que hay en el mundo.
De la mano de Jonás Pérez, guía de senderismo, hemos descubierto los rincones más excepcionales de la isla de la Palma. Comenzamos por la espectacular playa de Nogales, con su arena volcánica, un acantilado impresionante y todo un mar de surfistas que disfrutan del perfecto oleaje de la zona.
Nos encaminamos por encima de las nubes, hacia el roque de los muchachos, el punto más alto de la isla. Un lugar que recibe este nombre por la forma humana de algunas de sus rocas. Con una vegetación endémica y única de la isla de la Palma y unas vistas espectaculares, a 2.426 metros de altura se esconde la tranquilidad de estar por encima de las nubes, un lugar desde donde se pueden divisar los cráteres de los antiguos volcanes.