El nivel de vida es tan alto en Mónaco que el testimonio de este jovencita es algo común allí: “Llevo un vestido de Dolce de 4000 euros, unos zapatos de 500, me he gastado otros 500 en la cena y ahora voy a pagar otros 2000 en una botella. Y todo me lo paga mi mamá, que es cirujana estética”.