Isla Grande es uno de los lugares con mayor biodiversidad del planeta. Tiene muchos secretos por descubrir, como cientos de senderos que atraviesan la selva y en los que puedes encontrarte desde monos hasta serpientes y arañas gigantes.
Según cuenta Lola Campos, enfermera que española que vive en Isla Grande, hay un lugar al que la gente del pueblo no va por la noche. No es por los bichos ni por las serpientes, sino por el oscuro pasado que hay detrás del lugar. “Aquí cerca tenemos un antiguo hospital que albergaba a inmigrantes procedentes de países con epidemias de cólera o de lepra. Los tenían aquí en cuarentena”. Después de esto, el edificio se reconvirtió en una cárcel (Isla Grande fue una isla presidio hasta 1994) y su historia es igual de oscura, como nos cuenta Lola: “Los criminales más peligrosos de Brasil estaban aquí. Por eso no había casi turismo. (…) Ahí está el mar y cuando la marea subía, los presos morían ahogados”.
Esta historia contrasta con el idílico paisaje en el que nos encontramos y en el que destaca la gran cantidad de mariposas que hay. Lola cree que son uno de los elementos que más identifican a la isla.