Guía de viaje de la Costa Brava, un enclave único a los pies del mediterráneo

  • Qué ver, qué comer o cómo llegar.

La mejor forma de apreciar la belleza de los 24 municipios de la Costa Brava y su escarpado paisaje es desde el aire. La influencer Melisa Pinto recorre en avioneta estos 214 kilómetros de la costa catalana hasta llegar al Cap de Creus, donde los Pirineos se juntan con el Mar Mediterráneo.

Cadaqués solo tenía acceso por mar hasta finales del siglo XIX. Quizá por eso este pueblo siga siendo tan auténtico. Paseamos por las calles empedradas de su casco histórico con la empresaria María Marful hasta llegar al mirador de la iglesia de Santa María. Hace mucho que su torre no sirve para guiar a los marineros en su regreso a tierra.

En los 50, Cadaqués pasó de ser un pueblo de pescadores, a un pueblo de artistas y de turistas. Salvador Dalí dejó plasmado su carácter en el interior de la casa que diseñó para vivir con su amada Gala en 1929. Cada rincón es una obra de arte que nos recuerda al peculiar genio catalán que desarrolló en esta casa gran parte de su obra.

La presentadora de televisión Elsa Anka, enamorada de de la Costa Brava, nos enseña Palamós, el lugar escogido por Truman Capote para escribir su obra maestra: “A sangre fría”. A su lado recorremos los lugares que frecuentaba el extravagante escritor norteamericano y hablamos con los vecinos que le conocieron en persona. Por supuesto, no podíamos irnos de Palamós sin probar sus famosísimas gambas rojas.

Xavier Lores nació en Tossa de Mar y allí sigue viviendo a sus 45 años. Este cocinero, con un estrella Michelin, disfruta enseñándonos los rincones de su pasado, porque Tossa es un pueblo medieval con mucha historia que guarda, además, los secretos de la infancia de Xavier. Salimos al mar en el pesquero de unos amigos suyos y a la vuelta nos prepara el rape que acabamos de capturar en Can Simón, su restaurante familiar, ubicado en la casa donde su abuelo vivió y abrió su casa de comidas en los años 50.

En el cercano paraje de Sant Grau D´Ardenya, el guía turístico Josep Santané, nos desvela en qué consisten los “baños de bosque”, una nueva terapia importada de Japón. Además, nos presenta a su madre que hizo de doble de Ava Gardner durante el rodaje de “Pandora y el holandés errante” en 1950. María del Socorro, de 94 años, recuerda con total claridad los líos que se traía la actriz con Frank Sinatra.

Para acabar, vencemos a la ley de la gravedad en un túnel de viento con la ayuda del instructor belga Alain Dony y su hija, una experta paracaidista de ocho años. Después, recorremos con ellos los canales de Ampuriabrava, conocida como la “Venecia de la costa Brava”, y unos amigos de Alain nos invitan a probar la butifarra en una casa con embarcadero propio valorada en más de un millón y medio de euros.

DÓNDE IR

La Costa Brava tiene 215 kilómetros de litoral. Su forma abrupta y escarpada -por la que recibe su nombre- alberga su mayor tesoro: centenares de playas y calas prácticamente vírgenes. Tan importante es el mar como los pueblos marineros que salpican toda su geografía.

Desde Tossa de Mar, y su famosa muralla con mil años de historia, a Cadaqués, un pequeño pueblo que hasta el siglo pasado estaba aislado por carretera del resto de localidades. Begur, Palamós, Pals... Hasta 26 municipios con encanto propio y azotados por el viento de Tramontana.

Este aire frío del Norte que, dicen, hace enloquecer a los empordaneses, pero que también ha dado a algunos de los grandes genios universales, como Salvador Dalí, cuyo legado no hay que perderse en Port Lligat, Figueres y Púbol.

Y para los amantes de las emociones, nada mejor que bucear en espacios protegidos como el Cabo de Creus o las Islas Medes. También saltar en paracaídas o probar el túnel del viento en Empuriabrava. O, por qué no, visitar ruinas romanas en Empúries, los poblados ibéricos que salpican toda la Costa Brava o recorrer su camino de Ronda.

TRANSPORTE

Hay infinidad de opciones para llegar a la Costa Brava. Desde Barcelona, a poco más de una hora y media en coche podemos llegar a las primeras localidades del sur como Lloret de Mar o Blanes. El vehículo es imprescindible para recorrer la Carretera del Año y sus

365 curvas y encontrar calas perdidas en sus acantilados. Los amantes de las motos también tienen un paraíso en esta zona de Cataluña aunque deben tener mucha precaución con los ciclistas que transitan por las carreteras.

Para llegar en tren, el servicio de alta velocidad cuenta con paradas tanto en Girona como en Figueres, así como contamos con el aeropuerto del Prat de Barcelona y el de Girona aún más cerca. Una de las mejores experiencias consiste en alquilar un barco para que nos lleve a playas vírgenes donde no nos cruzaremos con nadie. Para deportistas, una canoa nos servirá para adentrarnos en las numerosas cuevas que hay en toda la costa.

ABRIR BOCA

Tantos kilómetros de mar hacen que el pescado sea el producto estrella en la cocina de esta parte del norte de Catalunya. Los pescados de roca son el plato estrella aunque no podemos irnos de Tossa de Mar sin probar sus salmonetes rojos.

La visita a cualquier pueblo de la Costa Brava hace obligatorio rascarnos el bolsillo para deleitarse con las famosísimas gambas de Palamós, de un color rojo intenso. Y si llegamos a l'Escala, nada mejor que aprovisionarnos con unas cuantas latas de sus sabrosísimas anchoas.

Todo ello maridado con un buen vino de los viñedos del Empordà, donde encontraremos variedades autóctonas de uva como la de Cadaqués.

DÓNDE DORMIR

En la Costa Brava hay más de 2.200 hoteles para todos los gustos y bolsillos. También es una zona especialmente apreciada por los amantes del camping y, dada su cercanía con Francia, cuenta con zonas acotadas para autocaravanas (un método muy popular en el país galo para hacer turismo). Los hoteles más exclusivos se encuentran en S'agaró, con el mítico La Gavina, elegido por famosos de todo el mundo, y el recién construido Hotel Alàbriga, donde una suit puede rondar los 700 euros la noche y cuya clientela es mayoritariamente rusa.

Un reportaje de Javier Silvestre y Roberto Secunza.