Nos encontramos en el campamento Zmela, situado en mitad de las dunas del desierto del Sahara, para pasar la noche. Por treinta euros dormimos y tenemos pensión completa, por no hablar de lo que implica pasar la noche bajo un cielo estrellado y disfrutar de un amanecer de película. Pero lástima, no ha parado de llover en toda la noche, algo que no sucede muy a menudo, por no decir casi nunca.