Corina, contrariada, se quejaba de haber expulsado al 'mulatito' Pau Montaner cuando le conoció. Tuvo menos remordimientos al dar calabazas a Arnau Esteve, Restituto Valverde y Pedro Garcés, el vampiro de 'Un príncipe para Corina'. Parece que a Corina no le convenció el beso del vampiro ni sus 2800 años. Además, los hábitos nocturnos para huir del sol no compensan las virtudes de Pedro Garcés.
La primera calabaza de Corina es para Arnau Esteve
Interesado en la política y forma a tope, se declara admirador del estricto reino de Prusia. A sus 22 años y con muchos planes en cartera, entre ellos idear su propio negocio, este alicantino intentó conquistar a Corina con las maneras y la estrategia de un auténtico káiser prusiano pero no pudo. Le juró lealtad a Corina a través de un espero pero no bastó para conseguir pasar a la siguiente fase. Sorprendido le preguntaba sino había una segunda oportunidad para seguir conociéndola.
Expulsa a Pau Montaner, el conquistador egocéntrico
Pau Montaner vive de su cuerpo. Le define la frase "creo en mí mismo. Soy egocéntrico. Yo, yo, yo...". Modelo de profesión, residente en Barcelona y con 22 años recién cumplidos, Pau Montaner tiene un ego descomunal. Primero piensa en él y por último en él. Sin embargo, ni su belleza ni su ego han sido suficientes para que pasase la primera prueba. Eso sí, Corina se ha arrepentido de expulsar "al mulatito monísimo".
El tercer expulsado es Restituto
Un hombre hecho a sí mismo. Literalmente. Varias rinoplastias, visitas al dentista y operaciones de pómulos y párpados han creado el aspecto actual de Resti Valverde, un bróker barcelonés de 34 años. La razón de tanta intervención quirúrgica es que a Resti no le gustan los feos. En su opinión, "son horribles" y, claro, hace lo posible para no ser de su bando. A pesar de los intentos por gusta a Corina, a ella no le han atraído sus atributos artificiales y le ha dado la tercera calabaza.
El cuarto expulsado es Pedro Garcés, el vampiro romántico
Huye del sol, no duerme de noche y ha probado la sangre. A Pedro Garcés, un barcelonés de 43 años, le encanta pasear por los cementerios y cumplir con todo el ritual de los no-muertos, pero además es un vampiro "apañado". Cuando no duerme hace labores domésticas, un chollo que muchas, por un mordisquito de nada, no dejarían escapar... Sin embargo, su beso especial de 'vampiro' no le ha gustado mucho a Corina y le ha dado la cuarta calabaza. "Seguiré buscando mi partida hasta la eternidad. Soy un buen partido", se resigna.